FARSA PRODUCCIONES, LO ULTRABARATO NACIONAL
Hace diez años fue El proyecto Blair Witch pero dos antes ya había sido Plaga Zombie. Que no, no ganó 140 millones de dólares pero tampoco costó 60 mil, sino apenas... 187 pesos. Pesos convertibles, es cierto, pero, aun indexados, menos de 800. Plaga Zombie marcó un hito en la breve y dispersa historia vernácula del cine fantástico, y les dio cierta fama a sus realizadores –el quinteto integrado por Paulo Soria, Pablo Parés, Hernán Sáez, Walter Cornás y Sebastián “Berta” Muñiz– a fuerza de repartir ellos mismos copias en VHS en mano a cambio de 10 pesos, y eventualmente también les dio una carrera. Al principio no eran más que un grupo de amigos adolescentes de Haedo que imitando voces de doblaje televisivo y gracias a una poderosa imaginación visual alimentada de la visión fanatizada de mucho cine fantástico, convertían un juego de fin de semana en cine. Después, en el 2000, vinieron Nunca asistas a este tipo de fiestas –una de psycho killer en el campo, o mejor dicho, una de gaucho killer– y una secuela de Plaga Zombie: Zona Mutante (2001). Dos años atrás, con su distopía orwelliana Filmatrón, fueron los bichos raros de la competencia argentina del Bafici, normalmente copada por producciones a tono con el Nuevo Cine Argentino. En el medio produjeron una notable adaptación de Poe (el mediometraje El hombre largo) para Canal 7 y consolidaron Farsa Producciones, desde donde emprendieron los trabajos por encargo que hoy les permite vivir de filmar: entre muchos otros videoclips, fueron contratados para hacer el de “Arrancacorazones”, de A77aque, y los de Arbol, Kapanga, Pimpinela, y demás bandas y solistas; además de fragmentos audiovisuales para obras de teatro.
Varios de sus films ultrabaratos fueron editados en DVD en Estados Unidos y se han vendido a distintos canales de televisión internacionales, aunque creen que todavía les falta afianzar sus circuitos de estreno y distribución. Pero este año marcan un record, con tres largometrajes. En las vacaciones de invierno estrenaron 100 % Lucha 2: El amo de los clones, un encargo al que le pusieron su impronta en la medida en que pudieron; y ahora en diciembre lanzan simultáneamente dos películas: Kapanga todoterreno (que acaba de pasar por el festival de Mar del Plata, y que fue ideada junto a la banda Kapanga, la del hit “El mono relojero”) y una secuela tardía, Nunca más asistas a este tipo de fiestas. Para el año que viene anuncian Plaga Zombie 3, que ya está rodada pero se encuentra en un largo proceso de posproducción. Se agrandaron, por supuesto, pero su especialidad sigue siendo hacer películas por dos mangos que se ven como si hubieran costado mucho más.
¿De qué hablamos cuando se dice “dos mangos” en materia de producción cinematográfica? En el caso de la película de Kapanga, que está protagonizada por los miembros de la banda, fue una apuesta de Farsa a la discográfica: la de que podían hacer un largometraje por lo que les hubiera costado filmar cuatro videoclips. Autodefinidos como los “Beatles de mierda” por la propia banda, el resultado es un artefacto raro que busca renovar la tradición de los viejos films de promoción musical, nacionales como los de Sandro o el Club del Clan, o internacionales como los de Elvis o los Beatles. Las limitaciones presupuestarias, dice Pablo Parés, se sudan, pero la película tiene un nivel de posproducción con efectos visuales notables. Su argumento acerca de un grupo de albañiles que un día dejan sus trabajos en la construcción para perseguir su sueño de vivir “de la música y el asado”, se va deformando por innumerables intrusiones fantásticas y absurdas, desde una parodia de James Bond con armas diseñadas con los componentes de una parrillada, y otra de El exorcista; personajes como un chorizo cantor de tangos y cameos de amigos (Pablo Echarri con peluca rubia, Pedemonti, Gillespi) y una serie de sinsentidos que se anudan en la aparición de Ricardo Iorio –en una idea de casting muy inspirada– como el Dios del Asado. Una visión cruda, hay que decir, sobre el ser nacional.
Por su parte, Nunca más está protagonizada por “Berta” Muñiz en el papel del hijo del personaje psycho killer del campo argentino que interpretaba en Nunca asistas a este tipo de fiestas. Sus realizadores prometen que esta secuela será mucho más salvaje que el original, en su retrato del facho nacional, y no por nada llega esponsoreada por la revista Barcelona y, adelanta Parés, poseída por su mismo espíritu. Filmada hace dos años, los Farsa cuentan que costó apenas 5 mil pesos, pero que es un presupuesto abierto: a mucha gente que aportó su trabajo se le pagará cuando haya ganancias, si las hay. Pero en ese caso, ¿qué podría pasar, que el presupuesto se quintuplique? Aun así, seguiría costando la mitad de Actividad paranormal y un décimo de Blair Witch. Y a ver dónde está Spielberg cuando se lo necesita.
Nunca más asistas a este tipo de fiestas se dará los viernes 11 y 18 a las 22 y 24, en Espacio Urania Giesso, con entradas a 15 pesos
Kapanga todoterreno va todos los sábados de diciembre a la medianoche en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415
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