Con ese nombre de actriz porno con el que anda por la vida, January Jones lleva tres años desplegando esa ama de casa de los años ‘60, perfecta pero con lado oscuro, que interpreta en Mad Men, la gran serie sobre el mundo de la publicidad que entre nosotros sigue por ahora encerrada en un canal de cable codificado. Betty es la al principio pasiva esposa de Don Draper, tiburón del negocio de vender burbujas, que en algún punto de la segunda temporada lo echa de casa, y sale en busca de lo que los norteamericanos han tipificado como “revenge sex”: “venganza sexual”, o un tipo cualquiera en un bar para sacudirse un poco el olor a matrimonio.

Pero Betty Draper no es un ama de casa desesperada cualquiera y detrás de toda su fría elegancia y discreción (y debajo del equipo de montar que calza a menudo) la clave es ese lado oscuro y es por eso que para el periodismo de su país –que ya se ha rendido a sus pies y al resto de su cuerpo– se ha convertido en el epítome contemporáneo de “la rubia Hitchcock”. Jack Nicholson, que trabajó con ella y Adam Sandler en la comedia Locos de ira (2003), quedó deslumbrado por esta Betty Draper desatada y le dijo –en uno de esos tête à tête entre estrellas que suele ofrecer la revista Interview– que lo suyo era más todavía: toda “una variación sobre el personaje clásico de Grace Kelly”. Con “nombre de cantante de jazz”. Lo cierto es que el nombre va con el resto del pack de rubia de Hitchcock, o ¿qué clase de nombre era “Tippi” Hedren, acaso?

El nombre de calendario se lo debe en rigor de verdad a un personaje de un (no muy prestigioso que digamos) libro de Jacqueline Susann llamado Once is Not Enough, que su madre leyó en su juventud y su padre vio adaptado a la televisión, mientras se comentaba a sí mismo lo bien que iría el nombre de uno de sus personajes (January Wayne) con el apellido Jones. “Pero la gente cree que me lo puse yo”, dice ella, “así que podría haber sido actriz, o superheroína, o stripper”.

En todo caso, la mejor rubia-Hitchcock del momento (al menos después de Naomi Watts) pudo ser otras cosas también, pero nunca estudió actuación, sino que fue reclutada por una agencia de modelos que –la historia de siempre– se la llevó a Nueva York y a París a los 18, y la estafó con el viejo pretexto de los viáticos de iniciación. En algún momento se encontró con menos de 200 dólares en el bolsillo y considerando seriamente volverse a su vida pueblerina en Dakota del Sur. Sin embargo, se quedó e insistió, con la ayuda de la madre de un novio millonario con el que salió un tiempo. “Laura me enseñó a sostener un cuchillo y un tenedor como una dama, y a sacarme el acento sureño”, cuenta la chica que habría de convertirse en Grace Kelly.

Diez años atrás, entonces, partió a Los Angeles por las suyas. Hizo su cuota de personajes de fondo y películas olvidables, y eventualmente le llegó ese secundario en Locos de ira donde a pesar de sus pocos minutos en pantalla no podía pasar desapercibida: ahí está, haciendo de actriz porno y dándose besos con Krista Allen (actriz de cine erótico soft en la vida real), y reforzando el malentendido de su nombre. Y no tanto tiempo después ya es Betty Draper y tiene al creador de Mad Men, Matt Weiner, halagándola por su “sorprendente combinación de ingenuidad infantil y dureza”.

Ahora, los 31 (cumple 32 pasado mañana, la chica que nació, claro, en enero) la encuentran nominada al Globo de Oro por segundo año consecutivo, y en la tapa de todas las revistas, y con una reciente primera participación como anfitriona de Saturday Night Live. Allí interpretó a Grace Kelly en una parodia del rodaje de La ventana indiscreta, en la que las tomas deben interrumpirse y repetirse infinidad de veces debido a que la futura princesa de Mónaco sufre un severo problema de retención de gases.

No, nada fino, pero después de todo, ella dice no parecerse (ni querer parecerse) en nada a Grace ni a Betty. “Queridos hombres de Norteamérica –le dijo a la GQ, una de las publicaciones que se derritió con sus fotos esta temporada–, me gusta la cerveza, me gusta el fútbol. Soy probablemente la chica más interesante que conocerán jamás.”