Dom 09.01.2011
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MúSICA > MGMT TOCA EN MAR DEL PLATA

Jóvenes maravilla

La banda de Connecticut consiguió un gran éxito con Oracular Spectacular, su primer gran disco de psicodelia electro-pop. Pero, para sorpresa de todos, en el segundo decidieron no repetir la fórmula y doblar la apuesta: Congratulations, que presentarán en Mar del Plata, es una colección de canciones personalísimas de parte de un grupo que no tiene miedo de abandonar el nicho electrónico para seguir explorando sonidos, climas y colores. Eso sí: ellos aclaran que sus shows son más Grateful Dead que Daft Punk.

› Por Juan Andrade

La mantis religiosa es una suerte de grillo letal, armado con un par de patas delanteras que se repliegan como los brazos de un boxeador, justo antes de pegar el zarpazo para capturar a su presa con un movimiento de pinzas. Originario del sur europeo, por una de esas casualidades de los viajes transoceánicos de fines del siglo XVIII se terminó convirtiendo en el “insecto oficial” de Connecticut. ¿Y qué tiene que ver esa información onda National Geographic con MGMT? Es que justo en esa ciudad estadounidense se conocieron Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser, mientras estudiaban en la Wesleyan University. Fue entonces cuando quedaron fascinados por los movimientos altaneros y nerviosos de su mascota. Sí, se trataba de uno de esos bichos verdes. Después de su muerte, los compañeros de cuarto compusieron un tema “inspirado en la danza de la mantis religiosa”, según Goldwasser. Lo bautizaron “Time To Pretend” (“Tiempo de simular”).

Mientras corría el nuevo milenio y las torres gemelas se desplomaban, el dúo salía de gira por los dorms de la universidad con un repertorio inicialmente monotemático, integrado por una versión loca de la canción de Los cazafantasmas. Ya se presentaban bajo el alias de “The Management”, que más tarde daría lugar a la definitiva sigla MGMT. Era la marca original, cínica y burlona de estos veinteañeros, que se colgaban horas y horas fantaseando y delirando con un futuro de estrellas de rock, con una cuenta bancaria de varios ceros, modelos siempre dispuestas a complacerlos y un arsenal de drogas al alcance de la mano. De todo eso habla “Time To Pretend”, que podría escucharse como una triple traducción de “Money For Nothing” de los Dire Straits: de la tercera a la primera persona, de los años ‘80 a la década doble cero y de la era MTV a la pantalla de YouTube.

Lo cierto es que el chiste de los pequeños grandes simuladores pretenciosos se volvió demasiado real. Una profecía autocumplida que los llevó tan o más lejos que la travesía intercontinental de la mantis religiosa. De hecho, están a punto de desembarcar en las playas marplatenses gracias a aquel envión inicial. Pero antes de encontrarse cara a cara con el éxito, los senderos de los antiguos camaradas universitarios se bifurcaron por un tiempo, hasta que volvieron a cruzarse en el otoño de 2006 en Brooklyn, Nueva York. Poco más tarde, una muestra de su material grabado cayó en manos de un ejecutivo de Columbia Records. Cuando finalmente los llamaron para ofrecerles su primer contrato discográfico con un sello “grande”, ellos se rieron creyendo que se trataba de una broma.

Ahí empezó la historia que todos más o menos conocen, con la salida de Oracular Spectacular, que los puso en boca y oídos de todo el mundillo rockero. Literalmente. Una obrita maestra de psicodelia electro-pop, calibrada en punto hit por las manos expertas de Dave Fridmann, productor del genial Yoshimi Battles The Pink Robots de los Flaming Lips. Gracias a “Time To Pretend”, “Electric Feel”, “Kids” y otros, la dupla asomó la nariz en las grandes ligas del rock, pisó fuerte en el escenario de festivales como Coachella y Glastonbury y telonéo a Radiohead, Beck y hasta a Paul McCartney. La revista británica NME lo eligió como el mejor disco de 2008, mientras que la Rolling Stone fue un poco más lejos y lo ubicó en el puesto 18 de lo mejor de la década.

Sin embargo, tanta popularidad y notoriedad repentinas empezaron a inquietar a los muchachos. ¿Qué hicieron entonces para contrarrestar los efectos no deseados de un sueño devenido en pesadilla? Tiraron de la línea acústica, deshilachada y cancionera de temas del álbum debut como “Pieces Of What”. Y se internaron en los densos pastizales que florecieron a fines de los ‘60, bajo la luz de diamantes locos como su adorado Syd Barret. Psicodélico hasta la médula al igual que su antecesor, Congratulations los empujó de todos modos en una nueva dirección, más cerca del fogón neo-folk que de la pista de baile que tan bien los había recibido apenas dos años atrás. Además de sacarse las ganas y dedicarle una canción a Brian Eno y otra a Dan Treacy de Television Personalities (ambos mencionados en sus respectivos títulos), Goldwasser y VanWyngarden construyeron un disco de aliento casi progresivo (“Siberian breaks” dura sus buenos ¡12 minutos!), espíritu ensimismado y poco afán de seducción instantánea. Según sus propios autores, se trata de una “colección individual de nueve tours de force musicales, que forman una secuencia que fluye con coherencia sonora y temática”.

En unos días más, las proezas sónicas se podrán escuchar en vivo y en directo y, sobre todo, gratis en Mar del Plata. El lugar, el Mute Club de Mar, está preparado para recibir a unas 40 mil personas. VanWyngarden (guitarra y voz) y Goldwasser (teclado y voz) llegan acompañados por la actual formación del grupo, que completan James Richardson en guitarra, Matt Asti en bajo y Will Berman en batería. En su primera presentación del año, los MGMT también inauguran la agenda festivalera internacional 2011 de este lado del planisferio. El show promete ser todo un acontecimiento. Y su marco de arena, con la proximidad de las olas y el viento, tal vez remita a las salvajes alucinaciones playeras del video de “Time To Pretend”. Por las dudas, VanWyngarden avisa: “La gente viene a nuestros shows pensando que va a ver a Justice o a Daft Punk, pero las bandas que nos gustan en vivo son Grateful Dead o Crazy Horse. No queremos ser pretenciosos, pero lo nuestro no es el entretenimiento”.


MGMT toca el sábado 22 a las 18.30 en el Mute Club de Mar, en Mar del Plata, en un show gratuito organizado por Personal. El domingo 23, en el mismo lugar y a la misma hora, Panic! At the Disco presenta su nuevo álbum, Pretty. Odd.

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