Domingo, 25 de septiembre de 2011 | Hoy
TEATRO > EL PROYECTO CLáSICO O CóMO ARGENTINIZAR LOS CLáSICOS
El proyecto es tan ambicioso como arriesgado: convocar a tres directores contemporáneos para releer y montar obras clásicas. Así, Beatriz Catani, Emilio García Wehbi y Alfredo Ramos se repartieron Antonio y Cleopatra de Shakespeare, Hécuba de Eurípides y Salomé de Oscar Wilde, y subieron a escena versiones actuales, politizadas e inesperadas de estas tragedias unidas por un mismo tema: tres mujeres poderosas pero muy enfurecidas.
Por Agustina Muñoz
Hécuba, habiendo ya enterrado a cincuenta de sus hijos, con su marido Príamo asesinado, con Troya destruida, su reinado olvidado y ella convertida en sirvienta, recibe la noticia de que su adorado hijo Polidoro ha sido asesinado en manos de quien se suponía debía cuidarlo. El mar trae el cuerpo del último vástago y ella lo recoge, vestida con harapos, habiendo recibido hace apenas unas horas la noticia de que su hija Polixena va a ser entregada en sacrificio. Le queda sólo una hija, Casandra, quien no correrá con mejor suerte.
Ese, el dolor de una madre que cuenta Eurípides en una de sus tragedias más poderosas y menos revisitadas, bastaría como asunto para una obra contemporánea. Sin embargo, en esta tragedia faltan todavía las luchas de poder, la traición, las troyanas como botín de guerra de los helenos, el espectro del hijo que visita a la madre, el desprecio por las mujeres en voz del traidor Polidoro, el baño de sangre de Agamenón en Argos, el castigo de los dioses que convertirá a Hécuba en una perra. Es decir, un novelón con mucha historia al que no es fácil acercarse sin una cantidad innumerable de referencias históricas. De esto se trata precisamente el encargo que Matías Umpierrez, curador del área de teatro de Centro Cultural Rojas, les entregó a tres de los directores más respetados y personales de la escena teatral actual: hacer sus versiones de tres clásicos que no escatiman en personajes, asuntos ni planteos políticos de envergadura existencial. La decisión no fue elegir Romeo y Julieta ni La importancia de llamarse Ernesto, sino tres obras gigantes, insondables, bellísimas y vagamente conocidas por el gran público, acostumbrado a las innumerables versiones que se hacen de otras obras de estos autores. “En principio seleccioné los textos Salomé y Antonio y Cleopatra; en el caso de Hécuba le propuse varios textos a Wehbi, todos de carácter trágico y político con protagonistas mujeres, y él tomó la decisión final de seleccionar Hécuba”, comenta su curador.
Hécuba es la madre doliente por excelencia, que jura venganza y se convierte en asesina. Cleopatra, uno de los personajes femeninos de Shakespeare más modernos y complejos, se suicida por amor en la cúspide de su vida política, en medio de traiciones y alianzas poco escrupulosas. Salomé (nota de color: una obra que Wilde escribió para la actriz Sarah Bernhardt) es sobre el despecho caprichoso de una niña rica, hija del Tetrarca de Judea, que manda a matar a aquel que no le corresponde el amor. Tres mujeres en distintas instancias de su vida, las tres muy cerca del poder: una joven mareada de lujos y deseo, la otra, mujer ya madura absolutamente seductora en la cima de su carrera y por último, Hécuba, que encarna la decadencia, cuando todos los negociados quedan expuestos y traen muertos.
La elección de Matías Umpierrez no es ingenua: “Era interesante que el proyecto dialogue también con el presente en términos políticos. Desde ese punto me pareció significativa la idea de trabajar con textos que hablen del ejercicio de la mujer frente al poder. Lo particular de cada uno de estos materiales, al igual que la mayoría de los clásicos previos al siglo XIX, es que fueron diseñados por dramaturgos hombres que a su vez retratan a tres protagonistas mujeres donde ‘lo femenino’ parece emerger como consecuencia de la toma de decisiones. ¿Cómo serían estas figuras míticas si hubiesen sido escritas por mujeres? Por suerte hace un tiempo las mujeres también empezaron a escribir la historia”.
Los tres creadores hicieron una relectura completamente personal de las obras, escribiendo textos nuevos que se apoyan de alguno u otro modo en el hueso de las originales. De esto surge la pregunta sobre el modo en el que es posible montar hoy grandes obras clásicas; posible desde el punto de vista económico y también desde el punto de vista artístico. ¿Cómo adaptar una obra con cuarenta y dos escenas y treinta y siete personajes? ¿De dónde partir para apropiarse del mensaje? ¿Qué estética le puede dar un artista hoy a Shakespeare? En este caso, el resultado son tres obras que no se hacen las tontas con el planteo político de base que tienen las originales; por el contrario, los tres directores agudizaron la mirada crítica y escribieron textos que llaman a la reflexión sobre la argentinidad, la corrupción y la memoria.
Proyecto Clásico, producido por el Centro Cultural Rojas y coproducido por el Instituto Nacional del Teatro, se presenta en el marco del VIII Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) en el Centro Cultural Rojas (Av. Corrientes 2038). Entrada: $20
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