CIRCUITO CULTURAL BARRACAS
Arte con todos
Por Laura Rosso
Desde 1996 Barracas ingresó a la categoría barrio-porteño-con-circuito-cultural. Justamente porque en ese año abrió sus puertas El Circuito, fundado por el Grupo de Teatreros Ambulantes Los Calandracas, cuando sus integrantes sintieron muchas ganas de transmitir a los vecinos del barrio sus técnicas artísticas, poder mostrar sus producciones y sentirse protagonistas de la comunidad. Así lograron plasmar ese espíritu de juego que los unía en prácticas culturales y construyeron su identidad como barrio. Luego nació la murga Los Descontrolados de Barracas, El Teatral Barracas, grupo de teatro comunitario, y Los Payasos del Circuito, cada uno con una estética propia. El viejo galpón de la Avenida Iriarte —antigua Hilandería de Barracas que mantiene su techo altísimo y sus aberturas–, comenzó a llenarse de gente que se acercaba a cantar y bailar. Cada espectáculo se convertía en un hecho artístico singular. Esta propuesta ha permitido que el colectivo “vecino con inclinaciones artísticas” pueda juntarse y expresarse a través de distintos lenguajes. Las maestras, los empleados de correo, los comerciantes, el médico, el abogado, el dentista y los estudiantes, junto a los artistas, encontraron formas de intervenir en el espacio público y apropiárselo de la mejor manera. Hoy todos forman parte de este lugar integrador donde se ofrecen talleres gratuitos y se prioriza lo grupal. El frente del Circuito fue pintado por el Grupo de Muralista Azul del barrio Catalinas Sur, pioneros en esto de poner el barrio en movimiento. Ellos ofrendaron este mural como muestra de amistad interbarrial. Allí se reúnen las representaciones socio-culturales que forman parte de Barracas. Y merece que se lo mire detenidamente para ver plasmada su historia y su presente: la feria, el ferrocarril, la hilandera, el puesto de quesos y el quesero, por un lado; y la proyección artística del Circuito por el otro, con los vecinos, la murga, los payasos, las máscaras de la tragedia y la comedia y hasta el perro del barrio. Todos pintan la alegría que se vive en El Circuito, invitan a conocerlo, apelando a las miradas de los paseantes, para que se dejen tentar por un pintoresco “pasen y vean”. Este magnífico mural revolucionó la cuadra porque le imprimió una luz diferente. Provocó un estallido de color. La hizo revivir. Transformó el gris opaco en colores fuertes y brillantes que irradian hacia el bulevard de la Avenida Iriarte. Funciona como testimonio de lo que Barracas fue, porque ayuda a ejercitar la memoria y, al mismo tiempo, refleja su actualidad. El Circuito posee, además, una cantina que ofrece comida rica y casera como alternativa para quedarse un rato más. Con las entradas a la gorra, las rifas, los bonos de 2 pesos mensuales, el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad y del Instituto Nacional de Teatro, los vecinos consiguen los fondos para mantenerse y seguir trabajando. Todo funciona como un ejemplo de las posibilidades que pueden generarse a partir del ingenio y la imaginación cuando se quiere construir algo. Ya lo dice un vecino: “Si afuera no hay fiesta acá, en El Circuito, la inventamos entre todos”. Y así sucede, ya que este emprendimiento hizo que cientos de vecinos tengan algo en común. Algo más que el código postal que les corresponde por domicilio en Barracas.
Espectáculos para ver en El Circuito, Av. Iriarte 2165: El Chalupazo: encuentro de payasos (encuentro de payasos, el primer sábado de cada mes, a las 22. Espectáculo a la gorra). Fierita en Buenos Aires (murgas invitadas, el viernes 1º de agosto a las 22. Entrada: $2). El casamiento de Anita y Mirko (los sábados, menos el primero, a las 22. El espectáculo incluye comida, bebida y una porción de la torta de bodas. Entrada: $10). Durante las vacaciones de Invierno también hay títeres, payasos y teatro participativo (de martes a viernes a las 15. Entrada: $2).