MúSICA
De la Luna a la Tierra
Tras demostrar con el disco anterior que podía resistir sin secuelas el alejamiento de todos los miembros del grupo, Jason Pierce vuelve para reafirmar que Spiritualized, la banda más espacial de los 90, es él. Y que además puede hacer rock.
Por Roque Casciero
En 1865, la imaginación de Julio Verne le dictó una novela que trataba sobre un viaje que entonces parecía imposible: De la Tierra a la Luna. Imposible hasta que Neil Armstrong dio un pequeño paso -para él, enorme para la humanidad– y caminó por primera vez sobre la superficie lunar. Jason Pierce, líder de Spiritualized, nunca subió a un cohete o un trasbordador, pero vive en el espacio desde hace años. Firma todos sus discos como J Spaceman y, aunque nunca habla de eso, su consumo de alucinógenos tiene estatus de leyenda desde la época en la que era parte de Spacemen 3, banda de culto de los 80. El mejor disco de Spiritualized, además, se llama Ladies and Gentlemen, We’re Floating in Space (“Señoras y señores, estamos flotando en el espacio”). Con todo lo dicho, casi resulta una obviedad aclarar que la música de Pierce/Spaceman podría servir como banda sonora de un viaje interplanetario, pura psicodelia minimalista para ver las estrellas de cerca y drones explosivos que se parecen a una nave cuando la cuenta regresiva llega a cero. A punto de editar el sexto álbum de Spiritualized, su líder y cantante parece haber hecho el camino inverso al planteado por Verne: Amazing Grace lo muestra por primera vez con los pies sobre la Tierra. Más específicamente, sobre el suelo de un garage, cuna de tanto retro rock de hoy en día.
“Lo que me excitaba cuando empecé era la energía de la música, lo que se puede llamar el costado rockero. Lo que me gusta de los White Stripes y de toda la música que apareció tras su estela fue que se trataba simplemente de colgarse de nuevo la guitarra al cuello y decir: ‘Hey, escuchen el sonido que estamos haciendo’”, dijo hace poco Pierce. O sea que Meg y Jack White tienen mucho que ver en el modo en el que Spiritualized encaró Amazing grace, por más que sus canciones no se parezcan en nada a las de los Stripes: la gran mayoría de los once tracks del álbum fueron grabados con los músicos tocando al mismo tiempo en el estudio, a menudo el mismo día que los aprendieron. “Una vez que terminamos las sesiones, traté de abstenerme de embellecer algo”, aseguró el cantante y guitarrista. “Hay algunas sobregrabaciones, pero son mínimas. Estas son las canciones en el modo menos afectado que pudimos grabarlas. Cada track del disco suena diferente. El modo en que salta de un estilo a otro es bastante dislocado y fracturado.”
Con un trazo demasiado grueso, se puede escribir que Pierce recurre seguido a tres tipos de composiciones. A saber: a) los cuelgues espaciales, prácticamente inexistentes en el nuevo disco, más allá de algún pasaje; b) el gospel, ahora menos bombástico que en Let It Come down, el trabajo anterior de la banda, en el que usó una orquesta de cien músicos; c) el rock sucio y desenfrenado a la Stooges/Velvet Underground, como el de “Electricity” (de Ladies and Gentlemen), que desde entonces Pierce intenta perfeccionar sin ver que ya llegó al punto máximo con esa canción. En Amazing Grace hay también algo de jazz lunático de la mano de los invitados Evan Parker (saxo) y Kenny Wheeler (trompeta). Ellos convierten al instrumental “The Power and The Glory” en un caos esplendoroso que realza la belleza sencilla del track siguiente, “Lord Let It Rain on Me”, un nuevo ruego de Pierce a Jesucristo (y van...).
Aunque el lanzamiento del disco está previsto para el 9 de setiembre, ya puede conseguirse. Y no sólo en alguno de los programas de intercambio de archivos en la web, sino en las disquerías del primer mundo, porque salió separado en tres eps de vinilo. Nada extraño en una banda que publicó una edición limitada (la de Ladies and Gentlemen) en una caja como las de medicamentos, que contenía doce CDs/tabletas (uno por tema) envueltas en papel de aluminio. Lo que sí es novedad es que Spiritualized ya no publique sus discos a través de BMG, sino por el sello independiente Sanctuary. Antes de irse, Pierce autorizó a su antigua compañía a editar dos recopilaciones con los lados b de sus singles. The Complete Works Vol. 1, la primera en ser publicada, trae las canciones que acompañaron a los dos álbumes iniciales del grupo, Lazer Guided Melodies (1992) y Pure Phase (95). Pero ésa es otra historia. Tanto, que en esa época Spiritualized era otra banda. La primera en dejar el transbordador fue la tecladista Kate Radley, quien cortó su relación amorosa con Pierce y se casó con Richard Ashcroft, por entonces líder de The Verve. Ladies and Gentlemen (97) fue el disco de divorcio: la dama no se lo bancó y dio el portazo. Live at the Royal Albert Hall (98) fue el último trabajo para otros tres miembros de Spiritualized: el bajista Sean Cook, el guitarrista Michael Mooney y el baterista Damon Reece fueron echados por Pierce. Los tres armaron Lupine Howl, un proyecto más que interesante, y le gritaron a quien quisiera escuchar que su ex jefe los trataba como esclavos. La réplica de Pierce tardó en llegar, pero fue contundente: Let It Come Down (2001) mostró que Spiritualized era él, más allá de quiénes lo acompañaran.
Con nuevos laderos, el cantante se embarcó en una gira que duró un año. Y eso tuvo tanta importancia para el sonido de Amazing Grace como haber escuchado el sonido básico y encantador de los White Stripes. “Spiritualized se puso tan eléctrico al tocar en vivo que me propuse ser capaz de capturar lo mejor de esa experiencia en las sesiones de grabación”, explicó Pierce. “Por eso decidí que este disco no fuera procesado. Y creo que es el menos construido y el mejor grabado de todos los que hizo Spiritualized. Lo más importante era crear la energía que habitualmente sólo se consigue en vivo.” Más crudo y menos volador, el Hombre Del Espacio ha vuelto a lograr su objetivo: su Enterprise privada ahora deslumbra desde la Tierra. Ni el Capitán Kirk lo hubiera hecho mejor.