Domingo, 8 de septiembre de 2013 | Hoy
MúSICA > EL NUEVO DISCO DE SEñORITA CAROLINA
Desde 2008 con su primer disco, Florecida, Señorita Carolina –el nombre del proyecto solista de la cantante y compositora Carolina Pacheco– viene creciendo en matices y estilo. Con una sonoridad particular sus canciones por un lado suenan urbanas, rockeras, eléctricas y, por otro no, dejan de tener cierto aire campestre, una resonancia bucólica. Ambos mundos confluyen ahora en su nuevo disco en vivo grabado el pasado abril, De melones, hermanos y carros, que puede bajarse de forma gratuita, mientras ella graba nuevas canciones.
Por Juan Ignacio Babino
“Pacheco, ¿qué hace usted acá, todavía?” El examen final de audioperceptiva, en el Conservatorio Manuel de Falla, se acababa. Carolina, la Pacheco en cuestión, estaba aprobando y la pregunta, lanzada por la profesora Castiñeiras –“maestra de la vida, genia”– llegó a destino. “Aprobé ese final y desde esa vez no volví nunca más al conservatorio.” La decisión de aquel día no fue un punto en el desierto. Fue, apenas, el comienzo de algo. “Un día, al poco tiempo, vendí todos los instrumentos que tenía: el bajo, los equipos, la portaestudio. Me fui a vivir sola. Me fui sola, a leer mis libros, a escuchar mis discos. Mientras, laburar para vivir. Una de las pocas cosas que no vendí fue la primera guitarra. Me la llevé conmigo. Y pasó que empecé a hacer canciones con esa primera guitarra que me había regalado mi abuela.”
Empezar a hacer canciones. Eso hizo Carolina Pacheco. Muy de a poco, tímida, suavemente. Como si esa especie de retiro musical hubiera sido la crisálida de toda la música por venir. “Ahí me di cuenta de que me gustaba agarrar la guitarra y hacer canciones. Y después empezar a cantarlas y buscar una voz. Me gustó cantar, encontré algo ahí. En el canto, en lo que pasa en el cuerpo mientras uno canta.” Y como pensando en voz alta, tras explicar un poco sus raíces familiares –algo de los patricios porteños, muy de Buenos Aires, algunos rastros medios turcos y, por supuesto, sangre italiana y española– confiesa que le erró al definir su seudónimo artístico: “Me tendría que haber puesto Señorita Garabato, que es el apellido de mi mamá. Hubiera sido un hit, pero no lo hice...”. Y se ríe, enorme la boca, achinados aún más sus ojos, sus manos pequeñitas sobre la mesa.
Aquellas composiciones conformaron Florecida (2008), un primer asomo que tuvo como invitados, por ejemplo, a Marcelo Lupis poniendo el violín en la hermosa “Verde” y a Gabo Ferro en “Invierno”. La exquisitez hecha canción. Corriente (2010) también contó con participaciones que vale repasar: Claudio Lafalce, Lucy Patané, Federico Ghazarossian, Pablo Grinjot, Lola Velasco. “Corriente fue como un disco urgido, por el momento en que estaba yo. Eso quedó impregnado en el disco. Era como si estuviera diciendo: “Estas canciones me queman, las quiero sacar”. Basta mirar la imagen que ilustra la tapa: un detalle en primerísimo plano de un cableado de alta tensión.
Más filoso, su último registro en estudio al día de hoy, se editó en 2011. Y es –lo que se dice– un disco contundente. “Ese disco lo re disfruté, sonó mucho a como yo quería sonar en ese momento. Ale –Pugliese; productor, guitarrista y actual pareja de Carolina– me empezó a conocer más en cuanto a cómo quería sonar. Disfruté componerlo, grabarlo, escucharlo, tocarlo. De hecho casi todas las canciones del vivo son de ese disco, a excepción de las dos nuevas y ‘Si el río se liberara’ y ‘Son ardillas’.” Si Corriente fue la urgencia, Más filoso puede entenderse como la calma después de la paliza: la tapa –a cargo de Marina Fagés– muestra una arboleda en tonos ocres y azulados. El disco empieza con el soplido del viento (“Canción del rumor”) y termina con el sonido de la lluvia (“Lluvia por fin”). Y entre medio, por ejemplo, la preciosa “Ser dos”, que tiene a Agustín Durañona aportando sutileza y Rhodes al tema. Siguieron dos discos en vivo: Manzana filosa en el CCC (Centro Cultural de la Cooperación), grabado junto a María Pien. “Con María somos dos brujas... Estaba por cancelarse esa fecha y terminamos armando eso: dos amigas tomando té y compartiendo sus canciones. Me copa resignificar la palabra bruja, hay algo que pasa cuando la mujer se conecta con sus hermanas para generar algo positivo”, dice. Y el recientemente editado (que no tiene edición física pero se descarga libremente a través de su bandcamp) De melones, hermanos y carros, grabado en abril. Una fecha que, a punto de caerse y gracias a los amigos y colegas, se pudo dar: “Cuando el carro anda los melones se acomodan. Me gustaba esa frase. Muy descriptiva de ese momento y de esa noche”. Tal como ya dijo Carolina, una de las pocas canciones que se grabaron y que pertenecen a Más filoso es “Si el río se liberara”. Menos mal. Hubiera sido un pecado que así no lo fuera. Porque “Si el río se liberara” es de esas canciones que se saben grandes. Y Carolina cuenta: “El día anterior a presentar el disco donde está esa canción mataron a Mariano Ferreyra. Y esa noche fue la primera vez que se la dediqué, y a partir de ahí siempre se la dedico. La canción tenía otro significado pero a partir de ahí esa canción va a ser para él. Siempre. Y cada vez que la toco es para él. Hace poco me contactó Pablo, el hermano de Mariano, y me dijo que la había escuchado y le había parecido muy linda. La quiero más a esa canción, ahora. Dice más...
Las canciones de Señorita Carolina –y eso queda bien plasmado en este último registro en vivo– tienen una sonoridad particular: por un lado suenan urbanas, con un sonido propiamente rockero, eléctrico, y por otro no dejan de tener cierto halo campestre, cierta resonancia bucólica. Un viaje que, lleno de luces de neón, de repente rumbea entre senderos de tierra y polvo. Y entre eso, la voz dulce, hermosa, de Carolina. Aunque, ojo, también la rabia: si no escuchen ese canto que, continuado y a punto de desgarrarse, dice: “mansa y virginal, me han vendido una mujer antinatural” (“Nada sucio”).
Por estos días está empezando a maquetar y grabar las canciones del nuevo disco. La banda es la misma que grabó el disco en vivo –Ale Pugliese, Tomy Lucadamo (batería), César Cantero (bajo)– pero ésta será la primera vez que, juntos, grabarán en estudio. “Se va a llamar El latido en la boca. Quería que tuviera algo de rock pero está tomando una cosa medio rítmica, bailable, pero no pop. El ritmo y la palabra, creo que por eso el nombre. Lo que uno dice. Hay que darle valor a lo que se dice en una canción, no es apenas llenar el espacio que deja la música. Es todo y es decir, también. El latido tiene que ver con el fuego, con algo que tiene que salir que está latente. En el disco anterior sentí que estaba convocando a muchas partes mías a que me ayuden a hacer ese disco. Todos mis yoes. En éste, todo lo contrario, suelto todos mis yoes y aparecen más personajes que no tienen tanto que ver conmigo. Y aparecen esos personajes y ando con ganas de decir cosas.” Y entre la pausa, entre la duda que le genera tomarse o no otro té, agrega: “Se ve que las canciones a algún lado llegan. A algún lado llegan”.
Todos los discos de Señorita Carolina, incluido el nuevo, en vivo, De melones, hermanos y carros, se pueden escuchar y bajar en http://srta carolina.bandcamp.com/
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