Entrevista A principios de este mes, Ringo Starr tocó en Buenos Aires. Y, en su banda, reconocido sólo por los más dedicados, tocó otra leyenda del rock: Todd Rundgren, músico de músicos, productor legendario –trabajó con Patti Smith, New York Dolls, Badfinger y XTC– y solista de carrera ininterrumpida desde 1970, con discos muy interesantes y siempre arriesgados. Aunque aquí, en la Argentina, quizá sea más fácil ubicarlo porque es el autor de la canción “Influenza”, rebautizada “Influencia” en el cover que hizo Charly García, un clásico contemporáneo del rock nacional. En charla con Radar durante su visita, Rundgren repasa su prolífica carrera, celebra que una canción que él produjo, de Badfinger, haya musicalizado el final de Breaking Bad y cuenta cómo se enteró de que estaba siendo versionado en un lejano país sudamericano.
› Por Sergio Marchi
Que la música viaja es algo sabido desde que se comprobó la propagación del sonido a través del aire. De lo que no se sabe tanto es del proceso de polinización en el viaje, ya que está controlado por fuerzas aleatorias. Todd Rundgren comenzó a preguntárselo cuando llegó por primera vez a la Argentina y encontró un público diferente al mar de caras que veía en otros lados como guitarrista, cantante y estrella invitada de la All Starr Band de Ringo Starr. “Me encantó ver caras más jóvenes que las que solemos ver en el resto del mundo. Mucho más jóvenes”, fue lo primero que dijo en la entrevista de Radar. Y algunos de esos rostros no sólo seguían al Beatle baterista, sino que reconocían a Rundgren y le pedían autógrafos y fotos, pese a que el artista es casi un desconocido en Buenos Aires. “Después de Ringo, yo soy dentro de su banda el que tiene los fans más viejos por una cuestión generacional y porque mis discos tuvieron éxito en la primera mitad de los ’70. A lo mejor, Greg Rollie podría decir lo mismo, por los discos de Santana. Él y yo tenemos fans que son probablemente... ¡de nuestra edad! (Todd tiene 65.) Incluso nuestros fans más jóvenes, los de Toto y Mr. Mister, por Steve Lukater y Richard Page, que son grupos de los ’80, ya rondan los cincuenta años. Por eso, conocer gente mucho más joven que aún está excitada por ver a un Beatle, que además nos trata con mucho cariño a nosotros, que tuvimos hits antes de que ellos hubieran nacido, nos devuelve nuestra propia juventud y ha sido una experiencia genial.”
Todd Rundgren tuvo un mini hit en la Argentina en 1972, con “I Saw the Light”, que llegó a bailarse tenuemente en discotecas por su ritmo beat, clásico y rockero. Es un tema que pertenece a la que es considerada su obra maestra, Something/Anything?, un disco doble que rebasa de rock, pop, psicodelia y musicales absurdos. El álbum no se editó en el país y figuró en algunos compilados de “nombre juvenil” y chicas bailando en la tapa. Y no más: los conocedores sabrán del resto de su larga carrera como cantautor; otros tendrán algún disco de los múltiples artistas producidos por él (enorme lista que va desde el rock chabón de Grand Funk Railroad hasta el punk precoz de New York Dolls, pasando por Wave, el último disco del Patti Smith Group, antes de que su mentora se consagrara a la vida hogareña). En las tandas de importados en tiempos de la “plata dulce”, aparecieron ejemplares de discos de Utopia, una banda paralela a su carrera, que terminaron en bateas de ofertas. Rundgren fue considerado un genio condenado al estrellato que, en verdad, estrelló su carrera con discos caprichosos y extraños. Como buen genio, captó la atención de otro.
“¿Charly?”, dice Todd y se ríe ante la introducción a una pregunta. Muchos chicos que fueron a ver a Ringo lo conocían por ser el autor de “Influenza”, popularizado como “Influencia”, quizás el último gran éxito de Charly García, que adaptó brillantemente al castellano la página original. “Me encuentro con él esta noche antes del show (Rundgren habla del viernes 8 de noviembre). Para refrescar mi memoria, la busqué anoche en YouTube para escucharla de nuevo. Me encantó el video y los pantalones rayados que usa. A veces aparece él como en las sombras. No sé cuándo se hizo, pero me parece un video muy moderno. Yo me enteré después de que alguien me mandó un mail y me dijo: ‘¿Sabés que hay una versión de una de tus canciones en Sudamérica?’. Esta es mi primera vez en Sudamérica, por lo tanto no conozco mucho de la escena musical, la estoy conociendo ahora. Me parece una gran variación de mi interpretación. Mucha gente cuando hace una versión realiza casi una copia del original, algo muy literal, y lo que me gustó de la versión de Charly es que se trató de una idea muy diferente. Yo disfruté mucho escucharla del modo en que él la oyó.”
Su participación en la banda de Ringo hace que de algún modo pueda cumplir el sueño de todo músico, que es tocar con un Beatle. Aunque quizá Rundgren podría haber sido un Beatle por derecho propio. “Todos reconocemos que los Beatles crearon una fórmula que más o menos todos nosotros explotamos. Yo crecí en el modelo de Elvis: tenías que ser un tipo buen mozo (risas), armar una buena banda detrás, conseguir compositores que te hagan las canciones, y si tenías suerte podías llegar a disfrutar de una carrera exitosa. Entonces llegaron los Beatles y todo lo que tenías que hacer era encontrar otros tipos como vos que tocaran sus instrumentos, componer tus propias canciones, que cada miembro del grupo tuviera ‘su momento bajo el sol’ y que nadie se arrogase la pertenencia de la cuestión. De manera que esa fórmula se convirtió en la nueva fórmula para un montón de gente y yo estaba entre ellos, aunque no tocara música beatle. Yo tocaba blues cuando me hice profesional, en una banda llamada Woody’s Truck Stop. Me uní a ellos en la secundaria, y fuimos muy famosos en Filadelfia. Definitivamente ese grupo fue un trampolín para The Nazz y todo lo que pasó después. Por la clase de maravilla que representaban, los Beatles fueron revolucionarios y los fans también. Cada vez que editaban un nuevo álbum era como un evento. Nos afectaron a todos. Y también nos dimos cuenta de lo buenos que eran. Por lo tanto, ni siquiera intentamos imitarlos.”
Pese al carácter de estrella de rock que el mundo insistía en otorgarle, Todd Rundgren lograba parecerlo pero no serlo. Se mantuvo alejado de las drogas fuertes y sólo utilizó las llamadas “psicodélicas” (marihuana y ácido lisérgico) con motivos de investigación. Tan lejos se ubicaba de las costumbres de sus pares que las compañías discográficas no dudaban en llamarlo cuando había algún artista difícil en problemas. “Digamos que soy conocido por mi energía en el estudio”, se ríe una vez más.
Esa energía le rinde frutos aun hoy, en tiempos en que todavía la gente comenta con sorpresa el final de la serie Breaking Bad, al que lo liga uno de esos rescates que tuvo que hacer como productor. “Estuve pensando mucho en el disco de Badfinger; en la serie Breaking Bad, eligieron ‘Baby Blue’, del disco Straight Up, para el último capítulo, y me hicieron un montón de notas para televisión. Y es genial que Badfinger tenga un poco de reconocimiento, aun cuando la banda de separó y por razones conocidas (dos de sus miembros se suicidaron) no puede volver a unirse. Fue un proyecto interesante porque habían tratado de terminar el disco por un año, y me llamaron porque George Harrison no podía seguir el trabajo. Finalmente terminamos el disco en diez días y el grupo tuvo dos hits con él: ‘Baby Blue’ y ‘Day After Day’.”
Por su naturaleza, que lo lleva a acometer toda clase de proyectos, que van desde discos insólitos como A Capella (1985), donde todo sonido proviene de su voz, hasta Re-production, donde interpretó canciones de los artistas que produjo, pasando por su breve trabajo como miembro de los reunidos The Cars (“Hicimos tres meses de promoción y quince días de gira porque el guitarrista se rompió la clavícula”), Todd Rundgren siempre mira hacia adelante y no piensa en los proyectos que hizo. Pero en la entrevista hace una excepción: “Yo hablaría de los discos míos que envejecieron bien y podés escuchar hoy en día. Todo el mundo señala Something/Anything?, que es como la primera fase de mi carrera, y también el final de esa fase, porque después comencé a hacer discos más experimentales. Desde el punto de vista compositivo, diría que The Hermit of Mink Hollow también es un muy bien disco si se lo escucha hoy. Nearly Human es uno de mis favoritos, y una de las etapas favoritas de mi carrera, porque tocaba con una gran banda, con coros y cosas parecidas. Si pudiera, haría algo así durante el resto de mi vida, con un grupo grande y muchos instrumentos, tocando rhythm & blues y jazz; algo así como un review, supongo. Esos son mis favoritos. Es difícil para mí catalogarlos, porque cuando hago algo, lo termino, promociono lo estrictamente necesario y ya me dedico a otro proyecto, por lo tanto no tengo mucha perspectiva de lo que ya hice porque me interesa más lo que voy a hacer”.
Como buen productor, Rundgren tiene una opinión formada sobre la música de hoy, y brinda un diagnóstico: “Creo que hay dos modos de mirarlo. Por un lado, está el producto masivo, que se pasa en televisión, para un público muy joven, que tiende hacia una música de fórmula. Es muy difícil diferenciar a Lady Gaga de Rihanna o Katy Perry. Pero en las márgenes hay una música muy interesante hecha por individuos con una laptop y completa libertad para hacer lo que quieren. Eso fue una inspiración para mis discos más recientes. A veces voy a YouTube y tipeo cualquier batata, y en la columna lateral encuentro cosas relacionadas que me hacen pensar en cuántas formas distintas hay de mirar la música. Sobre todo porque la tecnología hoy le permite al individuo hacer mucho más. No espero que cada cosa sea exitosa; la gente está más predispuesta a cambiar, a absorber nuevos estilos. Me gusta el hecho de que el negocio tradicional de la música esté siendo reemplazado por algo más democrático. Subir algo a YouTube te da la posibilidad de que un millón de personas puedan ver lo que hacés”.
La pregunta final es interesada: ¿Existe alguna posibilidad de que Buenos Aires pueda tener en un futuro cercano un show de Todd Rundgren como solista? La respuesta es contundente: “Así lo espero. Una vez que terminemos aquí voy a hablar con mi agencia para que se contacte con un promotor que me traiga de vuelta. La pasé tan bien y los fans son tan entusiastas que quiero volver para poder tocar más de mi propio material”.
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