Dom 16.07.2006
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Alrededor del caso

› Por Mariana Enriquez

“Son rituales sacrificiales cometidos por fratrías de mafias”, dice una de las mujeres –madre de una de las chicas muertas– que integran el colectivo “Nuestras hijas de vuelta a casa” en el documental La batalla de las cruces: protesta social y acciones colectivas en torno de la violencia sexual en Ciudad Juárez, de Rafael Bonilla Pedroza y Patricia Ravelo Blancas, que se verá el jueves 27 a las 18.30 en la sala Batato Barea del C.C. Ricardo Rojas, dentro del ciclo Feminicidios en América latina: el caso de México. Es uno de los tantos documentales realizados sobre el caso de las mujeres de Juárez, y en sus sólo 82 minutos refleja la perplejidad de una cultura de la impunidad que casi imposibilita señalar a los culpables, no sólo por la trama complejísima de ocultamiento y desidia de las instituciones sino porque da la impresión, cuando se menciona a bandas de delincuentes, mafias de narcos, policías, dueños de clubes nocturnos, conductores de buses, hijos de las familias ricas del estado de Chihuahua, asesinos seriales, que los asesinos tienen el don de la ubicuidad; que es una cultura misógina la que mata mujeres, una cultura que probablemente ampara un negocio económico, una verdadera industria de la muerte, y la manutención de un poder político. “La violencia es un negocio”, dice el investigador y académico Héctor Domínguez. “Se mata porque alguien sale ganando de matar. Los hombres aquí han sido educados para ser violadores.”

Allí hay otros datos que impactan: que el 80 por ciento de las mujeres de Juárez sufrió incesto; que los dueños de las maquilas no pagan indemnizaciones a las familias de las muertas, ni ayudan en las investigaciones, ni se hacen cargo de los huérfanos; que a algunas madres les entregaron los resultados de los ADN que confirmaban la identidad de las muertas en El show de Cristina. Como el documental sólo llega al 2004, no incluye el último y escalofriante dato: en los dos últimos años cada vez son más frecuentes los casos de niñas asesinadas, de 8 a 12 años. Ni que en las calles de Juárez se consiguen llaveros con un pequeño seno de plástico. Ni que los hombres, cuando discuten con sus parejas, les dicen: “Te voy a echar al desierto”.

Lo impresionante es que los crímenes de mujeres de Juárez tienen una visibilidad internacional, y cuentan con un activismo local firme y continuo, y aún así la impunidad reina. Aquí, un breve recuento de las huellas de los crímenes en todos los ámbitos.

Películas

Entre los numerosos documentales se pueden destacar Preguntas sin respuesta de Rafael Montero y Señorita extraviada de Lourdes Portillo (directora de Las Madres de Plaza de Mayo, que obtuvo una nominación al Oscar en 1985). Está en preparación Bordertown de Gregory Nava, un thriller que será el primer largo de ficción sobre las mujeres de Juárez, protagonizado por Antonio Banderas y Jennifer Lopez. En otro orden, tanto Jane Fonda como Salma Hayek realizan acciones de protesta y difusión permanentemente, como por ejemplo interpretar Monólogos de la vagina a beneficio de las ONG de Juárez.

Libros

Además de Huesos en el desierto y 2666 de Roberto Bolaño, se encuentran He visto al diablo de frente de la escritora francesa Maud Tabachnik, novela negra que sitúa a la detective Sandra Khan –protagonista de sus libros– en Juárez. También El silencio que a la voz de todas quiebra, con colaboraciones de siete periodistas y escritoras mexicanas que dan cuenta del feminicidio lejos de la habitual crónica roja. Es notable el trabajo de Diana Washington –periodista de El Paso Times, especialista en los crímenes– llamado Cosecha de mujeres. Safari en el desierto mexicano, dedicado sobre todo a la trama de responsabilidades. Y en Estados Unidos se editó un libro de fotografías llamado Juárez: The Laboratory of the Future, con prólogo de Noam Chomsky y epílogo de Eduardo Galeano.

Música

El grupo Jaguares, liderado por Saúl Hernández, ha tomado la causa como propia y en su último DVD –que acompaña el CD De Caifanes a Jaguares– incluyen dos documentales que le presentan los crímenes al público. Ya habían hablado del tema en la canción “Amores que matan”. La cantautora mexicana Ely Guerra hizo lo propio en “Yo no”, el argentino Alejandro Lerner en “De mariposa a flor” (interpretada por Rubén Blades, José Feliciano, Alejandra Guzmán y Celeste Carballo, entre otros), Ana Gabriel en “Tiempo de hablar” (“La injusticia me trajo aquí/ La mentira y la impunidad”) y la norteamericana Tori Amos en “Juárez” (“Sólo porque al desierto le gusta la carne de las chicas/ Y no viene ningún ángel”).

Online

El mejor sitio, que tiene links con la mayor cantidad de documentos sobre el caso y otras organizaciones, es www.mujeresdejuarez.org

Las Mujeres de Juárez

Humillante y abusiva,
la intocable impunidad,
los huesos en el desierto,
cuestan la cruda verdad
las muertas de Ciudad Juárez,
son vergüenza nacional.
Mujeres trabajadoras,
pasto de maquiladoras,
cumplidoras y eficientes,
mano de obra sin igual,
lo que exportan las empresas,
no lo checa el aduanal.
Vergonzosos comentarios,
se escuchan por todo el mundo,
la respuesta es muy sencilla,
puede salve la verdad,
ya se nos quitó lo macho,
o nos falta dignidad.
La mujer es bendición,
y el milagro de la fe,
la fuente de la creación,
parió al zar y parió al rey,
y hasta al mismo Jesucristo,
lo dio a luz una mujer,
es momento ciudadanos,
de cumplir nuestro deber,
si la ley no lo resuelve,
lo debemos resolver,
castigando a los cobardes,
que ultrajan a la mujer.
Llantos, lamentos y rezos,
se escuchan en el lugar,
de las madres angustiadas,
que al cielo imploran piedad,
que les devuelvan los restos,
y poderlos sepultar.
El gran policía del mundo,
también nos quiso ayudar,
pero las leyes aztecas,
no quisieron aceptar,
tal vez no les convenía,
que esto se llegue a aclarar.
Que hay varias miles de muertas,
en panteones clandestinos,
muchas desaparecidas,
que me resisto a creer,
es el reclamo del pueblo,
que lo averigüe la ley.
Es el reclamo del pueblo,
que lo averigüe la ley.

Esta canción de Los Tigres del Norte sobre los crímenes de Juárez fue prohibida en el Estado de Chihuahua. De todos modos, Pacto de sangre, el disco en el que estaba incluida, alcanzó el disco de oro.

Nota madre

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