Dom 20.08.2006
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El 11-S de Oliver Stone

Cuando se difundió la noticia de que Oliver Stone era el director elegido para llevar adelante World Trade Center, la película de los estudios Paramount sobre el 11 de septiembre, hubo una conmoción general. ¿Qué teoría conspirativa iba a ejecutar el especialista en la materia? Después de todo, tenía el caso perfecto: pocos eventos justifican más la paranoia que el ataque a las Torres Gemelas; de hecho, las ideas conspirativas quizá sean las más adecuadas a la realidad. Y cuando Stone no se basó en la conspiración (J.F.K., incluso Alexander), se encargó de la denuncia social y política (desde Asesinos por naturaleza hasta Nacido el 4 de Julio, Pelotón y Salvador). De modo que era de esperar una película donde el director recargara las tintas con toda su agenda, sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos años realizó para HBO películas basadas en entrevistas con Fidel Castro y Arafat, y que el establishment de la derecha norteamericana lo considera la bestia negra de izquierda, más temible aún que Michael Moore.

Pero Stone sorprendió a todos con una película que los críticos especializados definen como “patriótica y populista”. Se basa en la historia real de dos policías, John McLoughlin (Nicolas Cage) y Will Jimeno (Michael Peña), que quedaron atrapados bajo los escombros en las Torres Gemelas cuando fueron a hacer su trabajo, y que fueron rescatados un día después. La experiencia del desastre es así subjetiva, y metafórica: parálisis y desesperación, y la claustrofobia de estar atrapado bajo algo demasiado “pesado”. La acción se mueve entre los dos hombres enterrados vivos y la angustia de sus familias fuera; y el gran final, el rescate, es realizado por un ex marine llamado Staff Sergeant (Michael Shannon) que luego, según se sabe y hace constar la película, sirvió dos años en Irak. Éste es un punto que hizo enojar mucho a los liberales, porque Stone estaría así perpetuando la mentira justificatoria de la invasión a Irak, que relaciona a Al Qaeda con Saddam Hussein. Stone explica así la ausencia de política en una película que es sobre todo una historia de supervivencia y fraternidad: “No hay terrorismo porque ese día nadie sabía cuál era el origen del ataque”.

World Trade Center es una película que Stone hizo por encargo, con guión de Andrea Berloff, lo que puede explicar su conversión. Aunque quizá también, y por qué no, se quiere reivindicar como un director eficiente, un buen soldado que puede tomar cualquier material y dejar sus opiniones de lado en beneficio de los deseos del estudio. Para promocionar WTC, Paramount contrató a la empresa de marketing Creative Response Concepts, especializada en difundir material entre organizaciones conservadoras, y famosa por ser la responsable de difundir el pasado de militante antibelicista del candidato demócrata John Kerry, cuestión que fue un duro golpe para su campaña. Paramount declaró: “Contratamos a la firma sin pensar en quién dirigía la película, porque tiene fuertes elementos de fe cristiana y el retrato de hombres sacrificándose por los demás. Es decir, la definición del patriotismo”.

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