–artista nacido en Mar del Plata en el año 1939– fue uno de los personajes más excéntricos, originales y creativos del campo del arte argentino del siglo XX. Mezcla de artista dadaísta y personaje de circo, Peralta Ramos se ocupó de protestar contra todo lo sagrado de la obra de arte. Sus instalaciones y acciones, aparentemente disparatadas, han sido su sello característico. Ejemplo de esto fue cuando en 1964 expuso en la galería Witcomb unos cuadros tan grandes que no pasaban por la puerta y que lo condujeron a tomar el serrucho y cortarlos al medio. O cuando en 1968 gastó la plata de la beca Guggenheim para agasajar a sus amigos en una comida en el Alvear, a la cual llamó La última cena.

Artista multifacético y sorpresivo, Federico Peralta Ramos murió en 1992, dejando su legado en el arte argentino y latinoamericano.

En el año 2003 el Museo de Arte Moderno realizó una restrospectiva de su obra, retomando la polémica y el interés por sus trabajos.