Juan Parodi, el director de la premiada Amor Yacaré y uno de los creadores del cabaret del Teatro Anfitrión, se las ve ahora con la poética de Marosa di Giorgio, textualidad frondosa y barroca si las hay. Pura imagen exuberante se sucede en la obra de esta uruguaya, otra autora que también cosecha fanáticos que se identifican con su pasión. Y justamente ahí hace pie Parodi, que comienza la obra con letras negras sobre la pared: “Marosa”. Avisa lo que veremos: un tributo extasiado a ésa que es ya un personaje literario, la mujer erótica, que imagina copular con ciervos, lobos y pájaros, que une el sexo a la iluminación celestial, y junta lo real con lo fantástico.

Algo curioso es que al igual que en la obra de Lispector, fue la actriz (Vanesa Maja, está nominada a los ACE como revelación) la que le propuso el proyecto a Parodi. Ella hace de Marosa, o de una que se creyó Marosa, también podría ser. Y en el escenario recita los textos, los canta, los dice, como una niña que juega a ser su escritora preferida. Dice Parodi: “Mucho del público que viene a ver la obra o conoce sólo de nombre a la autora o desconoce totalmente su escritura; y lo mejor que puede ocurrir es que sientan las ganas de sumergirse en sus libros de inmediato. Y que ese mismo público se mezcle con los fans de Marosa –que los tiene y muchos–, incluso algunos que han viajado especialmente desde Uruguay y han llegado a la función con sus libros”. En Rosa brillando no hay ninguna palabra que no haya sido escrita por la autora. “Recitactriz” se dice en la obra y eso es lo que se ve, un recitado de textos dichos por una actriz apasionada que no se priva del momento-clímax en el que come con fruición y sensualidad frutas tropicales jugosas y uno, que estaba tan plácido en la butaca, se calienta. Sencilla y honesta, la obra no busca más que eso: compartir los textos, darles el tono que merecen.

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Rosa brillando, Querida Elena

Domingo 17 hs. / $40