Humberto Tortonese > Amigas
Niní Marshall era una persona increíble. La conocí por sus películas, pero sólo la llegué a ver personalmente en una fiesta, cuando ya estaba muy viejita. Era un ser muy querible, sobre todo por la frescura que tenía para reírse de las cosas que le pasaban. Podía convertir las tragedias más grandes y llevarlas al teatro o al cine, ponerlos en un personaje y hacerte cagar de risa. Eso quedó en los corazones de todos. En mi trabajo no intento repetirla, sólo disfrutarla. Hay que educar a Niní es un clásico, cada vez que aparece la vuelvo a ver entera. Era una mujer iluminada que llamaba muchísimo la atención en una época tan distinta. De todos sus personajes, me quedo con Catita, una mezcla increíble, tan extraña de mujer con algo de vulgar pero también mucha frescura que sabía ver muy bien el mundo. Si pudiera, me encantaría hacer un personaje con ella: yo haría de la amiga flaca, alta y fea. Creo que nos hubiéramos divertido mucho. Cada vez que aparece, la recuerdo con una sonrisa.
Entrevista: C. S.
Nota madre
Subnotas