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Domingo, 3 de febrero de 2013

Los otros Lincoln del cine

Los Lincoln mudos

Varios actores se especializaron en interpretar a Lincoln durante los primeros años del cine. Uno de los pioneros fue Ralph Ince, que hizo de “Honest Abe” en una docena de películas, de Under One Flag (1911) a The Highest Law (1921). Francis Ford (hermano de John) también lo encarnó varias veces: en Sorrows of Lincoln (1913) y The Heart of Lincoln (1915). El que más veces lo habría interpretado fue Frank McGlynn (de La vida de Abraham Lincoln, 1915, a 1939, con Lincoln en la Casa Blanca), pero el que de verdad se obsesionó con el personaje fue Benjamin Chapin, que tras hacerlo en teatro y en cine (en una serie de diez films de dos rollos, El ciclo de Lincoln, 1917) empezó a aparecer en público caracterizado como él, galera, barba y todo.

Abraham Lincoln (David Wark Griffith, 1930)

Uno de los padres del lenguaje cinematográfico filma a uno de los padres de la patria moderna: el director de El nacimiento de una nación e Intolerancia lo lleva al cine en su primera producción sonora importante, con Walter Huston en el protagónico. La mayor parte de la película narra los primeros años del líder político, su romance con Anne Rutledge y su relación con Mary Todd, su presidencia, y llega hasta la rendición de Lee, su famoso discurso de Gettysburg y el asesinato en el teatro Ford (evento que Griffith ya había filmado en El nacimiento de una nación). Primero de los dos únicos films enteramente sonoros de Griffith, fue un fracaso de público.

El joven Lincoln (John Ford, 1939)

El “Gran Emancipador” es un joven y desgarbado campesino de botas y tiradores, que se levanta de su hamaca y se dirige a una pequeña multitud: “Conciudadanos: presumo que saben quién soy”. ¿Y quién era? Henry Fonda, quien al principio se rehusó a interpretar a Lincoln, porque no quería hacer de cara tallada en piedra. Es leyenda que John Ford lo llamó a su oficina, lo miró fijo y le dijo: “¿Qué es esta boludez de que no querés hacer de Abraham Lincoln? No vas a ser el Gran Emancipador. Vas a hacer del abogado de Springfield, Illinois; el chico torpe que monta una mula porque no tiene con qué comprarse un caballo”. Un año más tarde John Cromwell estrenó Abe Lincoln in Illinois, última vez que Lincoln fue protagonista de un largo para cine en 70 años.

El Lincoln de Gore Vidal

En 1984 el sureño Vidal publicó una biografía novelada que consiguió convertirse en un best seller polémico (por sus licencias dramáticas). Lincoln: A Novel (1984) narraba la presidencia a través de la mirada de varias figuras históricas, como el secretario John Hay, Mary Todd, su secretario de Estado (Seward), y el conspirador John Wilkes Booth. En ella puede leerse: “Lincoln quiso su propia muerte como una forma de expiación por aquella cosa enorme y terrible que había hecho para darle un renacimiento absoluto y sangriento a la nación”. En 1988 fue convertida en un telefilm de dos partes con Sam Waterston y Mary Tyler Moore como Mary. Waterston había sido precedido en televisión por Hal Holbrook y Gregory Peck.

Fantasías ridículas

Sobre el final de la remake de esa fantasía emancipatoria que es El planeta de los simios, de Tim Burton, asistimos al retrato más irrespetuoso y divertido de Lincoln, en el que se iluminaban sus rasgos más simiescos. No sería la última vez del Gran Emancipador como personaje fantástico: con producción de Burton y dirección del ruso Timur Bembaktov, hace unos meses se estrenó Abraham Lincoln, cazador de vampiros, una ridiculez simpática y gore pero indefendible, que literaliza la idea de que los esclavistas eran chupasangres. Explotación sobre explotación, simultáneamente empezó a circular en video la reversión clase Z: Lincoln vs. the Zombies, en que el presidente enfrenta a los no-muertos confederados.

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