La banda fundada por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago en Bogotá, Colombia, a comienzos de los ’90, se erigió como uno de los principales exponentes de esa movida que se dio en llamar “rock latino”. Aterciopelados ya había vivido un momento de gloria con El Dorado, el disco de 1995 que los puso en boca y oídos de todo el continente gracias a la energía arrolladora del hit “Bolero falaz”. A continuación vinieron giras por Latinoamérica, Estados Unidos y Europa; un nuevo disco (La pipa de la paz) producido por Phil Manzanera en Londres, y una seguidilla de apariciones de Echeverri y Buitrago en la pantalla de MTV Latino, incluyendo la alta rotación alcanzada por los videos del grupo, la grabación de un MTV Unplugged y la participación de ambos como presentadores en varios programas de la cadena. En el amanecer del nuevo milenio, justo cuando la categoría de “alterlatino” comenzaba a perder frescura y encanto, Aterciopelados se despachó con Gozo poderoso, un trabajo realmente inspirado, que marcó un nuevo pico creativo en su discografía. Junto con “El álbum” y “Rompecabezas”, “Luz azul” fue una de las canciones que empujaron el regreso del grupo a los primeros planos, a tal punto que la revista Time los ubicó entre los 20 mejores números en vivo del planeta, junto a U2, Radiohead y otros.