Jueves, 8 de noviembre de 2007 | Hoy
La ola de inseguridad en Santa Fe ya llegó a 95 crímenes. En 2005 llegó a 94 asesinatos, pero aún falta un mes y medio para que termine 2007. La tasa de homicidios es la más alta del país.
El gobernador Jorge Obeid y su ministro Roberto Rosúa, a quien se cansó de llamar "Maradona" por ser la estrella del gabinete, se irán de la Casa Gris con otro récord. La ola de crímenes que azota a Santa Fe sumó ayer la víctima 95 en lo que va del año después de dos ejecuciones callejeras en Villa Yapeyú, un barrio de la zona norte, que le costaron la vida a dos muchachos de 25 y 26 años, en episodios distintos que conmovieron a la ciudad y que los investigadores no descartan que puedan estar vinculados entre sí. La gestión de la dupla Obeid-Rosúa ya tenía una marca histórica de 94 asesinatos en 2005 en la capital santafesina, pero ahora llegó a 95, cuando aún faltan cuarenta y cinco días para que termine 2007. La tasa de homicidios en Santa Fe es una de las más altas del país. Tanto, que Obeid ya cambió cinco jefes de policías en La Capital en sus cuatro años de gobierno y el último: el comisario Juan Faustino Ruiz, no se sabe si se queda o se va, porque amagó con irse cuando el gobernador despidió al jefe de Policía de la provincia, Gabriel Leegstra, pero ahora parece que se queda hasta el 10 de diciembre.
El crimen 95 ocurrió en el martes a la tardecita, en Villa Yapeyú, cuando dos sujetos a bordo de una moto acribillaron a balazos a un grupo de vecinos que estaban sentados en la vereda de su casa y asesinaron a un muchacho de 26 años e hirieron a otras tres personas. Y después de la balacera, los motoqueros desaparecieron del lugar a gran velocidad. La víctima fatal fue identificada como Javier Omar Salteño, de 26 años, que recibió un tiro en la cabeza. Y los heridos un joven de 21 años, su novia de 20 y su madre de 52.
El día anterior, otra ejecución en la calle ya había conmocionado al barrio, cuando otro muchacho de 25 años, Pablo Javier Oliva, cayó muerto con un disparo en la cabeza, en la esquina de Alfonsina Storni y Larrechea. En el lugar, la policía halló una riñonera con cartuchos de escopeta.
Los investigadores no descartan que las dos ejecuciones puedan estar relacionadas entre sí, incluso porque ocurrieron una el lunes y otra el martes y a muy pocos metros de distancia.
En su segundo mandato, Obeid ya nombró cinco jefes de Policía en Santa Fe para contener la ola de inseguridad, sin muchos resultados. El primero, fue el comisario Sergio Blanche que renunció en medio de un escándalo. El segundo, Gabriel Leegstra, que también se tuvo que ir después de una ola de asaltos, pero que más tarde llegó a ser jefe de la Policía de la provincia y que Obeid volvió a echar del cargo, a mediados de octubre, por criticar a otro comisario protegido por la jueza federal Laura Cosidoy. El tercero, Alejandro Forzare, que asumió en setiembre de 2005 y más tarde pasó a retiro. El cuarto, Juan Luis Hek, que llegó en mayo de 2006 y se tuvo que ir en junio de este año porque dijo que "Santa Fe era la ciudad más violenta de la provincia". La declaración disgustó en la Casa Gris y el gobernador lo despidió. Y el quinto, el comisario Juan Faustino Ruiz, que asumió a mediados de junio último después un fin de semana sangriento con cinco crímenes en apenas 48 horas, entre ellos un joven comerciante de 32 años que asesinaron el Día del Padre: lo ejecutaron a sangre fría dos ladrones que salían de robar una carnicería.
Cuando asumió Ruiz la ola de crímenes ya se había cobrado 56 muertos, en junio. Un megaoperativo de saturación policial con incursiones y razzias en los barrios logró frenó la escalada de violencia, pero sólo por un tiempo. "Por favor, paren de matar y de matarse", llegó a suplicar Ruiz. Hoy, la estadística suma 95 asesinatos.
En agosto, cuando la ola de violencia llegaba 78 crímenes, un informe del periodista Oscar Frutero en el diario Clarín reveló que "Santa Fe era la ciudad con mayor tasa de homicidio del país que en promedio por habitantes superaba al conurbano bonarense y a ciudades como México o Nueva York. Hay un asesinato cada tres días y el 90 por ciento de los casos ocurrió durante peleas entre bandas", agregó. "Si la tendencia se mantiene a este ritmo, Santa Fe terminaría el año con una tasa de 24 crímenes cada 100 mil personas, una cifra similar a Porto Alegre y superior a Buenos Aires, Nueva York y México".
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