La Cámara de Diputados renovó ayer el mandato de su presidente, Eduardo Di Pollina, el primer socialista en llegar al cargo en la historia de la provincia. "Tenemos que construir una Legislatura capaz de albergar las voces plurales de la sociedad. Comprender que por sobre todos los apasionamientos, los intereses sectoriales y las urgencias, debemos priorizar el funcionamiento de la Cámara porque con ello estaremos garantizando la existencia de una democracia participativa", dijo el legislador. Di Pollina fue reelecto por unanimidad, igual que sus acompañantes en la mesa directiva: el vicepresidente primero, Norberto Nicotra (PJ) y el vicepresidente segundo, Victor Hugo Dadomo (UCR).

La sesión preparatoria comenzó con reparto de flores: un diputado del ARI enrolado en la Coalición Cívica, Pablo Javkin, propuso a su colega de bancada, José María Tessa del ARI rebelde como presidente provisorio. La propuesta se justifica en una tradición parlamentaria: Tessa es el decano del recinto, por ser el mayor. "El más grande", dijo entre risas. Javkin festejó la broma.

El jefe del bloque del Frente Progresista, Raúl Lamberto, sugirió entonces la reelección de Di Pollina, que ya había bajado a su banca. "Cuando asumió la presidencia de la Cámara, entendíamos que el diputado Di Pollina tenía condiciones políticas, institucionales y parlamentarias para ocupar el cargo. Hoy, a la luz de la realidad se ha podido verificar que en este tiempo, que no ha sido poco, la Cámara funcionó correctamente, desde el punto de vista administrativo, y desde el punto de vista parlamentario, ha jerarquizado el diálogo, la convivencia, al margen de los pensamientos o bloques político. Nos parece que eso no es menor en el ejercicio de la Presidencia, por lo tanto, nos parece que es importante revalidar la continuidad de Di Pollina", completó Lamberto. No hubo ninguna oposición. Y después los acuerdos se plasmaron en la reelección de Nicotra y Dadomo como vicepresidentes, también por unanimidad.

Di Pollina inició su discurso con un toque nostálgico. "Al asumir esta importante responsabilidad no podemos dejar de mirar atrás y recordar cuando cientos de compañeros abrazábamos la idea de construir una sociedad más justa, igualitaria, libre y democrática. Hoy, reafirmando aquellos principios, estamos convencidos que sin garantizar la plena vigencia del estado de derecho no es posible alcanzar la igualdad de hombres y mujeres", dijo.

"Sin embargo, la propia historia nos ha demostrado que la democracia formal no ha sido suficiente para garantizar la plena realización y desarrollo con equidad de los pueblos. Es justamente en la lucha cotidiana de los que hemos abrazado la política como herramienta de cambio social donde se deben estribar las diferencias. Somos los que hemos recibido el enorme privilegio, pero también la gran responsabilidad de representar a nuestros conciudadanos, los encargados de garantizar que las reglas del mercado no sean las que decidan si un niño recibe la alimentación suficiente, ni la posición económica la que determine la posibilidad del acceso a la educación y a la salud. En síntesis, somos los hombres y mujeres elegidos con el voto popular los encargados de transformar esa democracia formal en democracia real, concreta, tangible para los ciudadanos", dijo el socialista. Y citó a Nelson Mandela: "Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento".

"El Parlamento es la pieza nuclear del sistema democrático en su labor de control e impulso al gobierno y producción legislativa. Es el principal escenario del debate político. Es el lugar donde se plasma la representación de los ciudadanos, espacio natural de acuerdos y discrepancias", apuntó.