"Si no entramos todos qué quilombo se va a armar", cantaban un centenar de trabajadores de General Motors que se concentraron frente a la sede de Gobernación, luego del fracaso de la reunión realizada ayer en el marco de la conciliación obligatoria. A poco de iniciado el encuentro, Smata denunció que la empresa había enviado el jueves cartas documentos al personal efectivo, indicándoles que a partir del lunes iban a hacer uso del banco de horas, y para el gremio, esto viola la conciliación obligatoria. El secretario general del gremio, Marcelo Barros, dijo que la empresa "quiere que queden afuera los 436 compañeros y que sigamos negociando. Nosotros queremos que entren todos y estamos dispuestos a seguir negociando. Pero si no entran todos, la planta no trabaja".

Las negociaciones llevadas adelante en el marco de la conciliación obligatoria dictada por la cartera laboral de la provincia, por el despido de 435 trabajadores de la planta que GM tiene en Alvear, continúan estancadas. La empresa mantiene firme su decisión de despedirlos, a pesar que desde el gremio acercaron una propuesta con una rediagramación del esquema laboral.

Las partes intentaron acercar posturas para ver de qué manera la planta abrirá sus puertas el próximo lunes. Barros señaló: "Si el lunes a las 6 de la mañana no entran los contratados y efectivos que fueron despedidos, no entra nadie".