El prolífico y siempre sorprendente Fabricio Simeoni presentará esta noche su libro, La mujer de las cortadas, junto a otros tres --escritos por grandes amigos suyos--, que forman parte de la colección "Adán Sin Costillas", dirigida por Marcelo Scalona para Editorial Ross. La cita es a las 20, en la Feria del Libro que cierra mañana en Almacenes Rosental. Para Fabricio, la propuesta fue innovadora en varios sentidos: es el primero de sus libros que no se debió a una iniciativa propia, sino al pedido de la editora, y al mismo tiempo, la solicitud lo desafió a trabajar en prosa, porque Silvina Ross en principio quería una novela. Pero él no tenía ninguna.

"En realidad le temo mucho al género, nunca pude darle una continuidad a un bosquejo que hice hace 10 años. Será que necesito tiempo, voluntad, y esta cosa de predisponerse... Silvina insistió en pedirme algo que no fuera poesía. Yo venía laburando una especie de prosa decadentista, críptica, experimental, de textos muy breves. Pero la consideraba tan experimental que no tenía derecho de ser publicada. Sin embargo, Marcelo consideró que los textos eran ideales para la colección. Así que los recopilé, los corregí, les di un orden secuencial, y en tres meses armé el libro", relató el autor.

Si con alguno de sus trabajos anteriores se emparenta La Mujer de las Cortadas --plantea Fabricio-- es con Sub, en aquel caso, puras poesías. Además de citar esa geneaología, el autor elige tres adjetivos para definir su nueva producción: "Es un libro muy fálico, pero desde un punto de vista freudiano. Después, juego mucho con lo onírico, es la primera vez que me animo a ser tan surrealista, no sólo en mí, sino como acercarse a una estructura de ensoñación psicológica en la mujer". El tercer elemento que rescata en su producción es lo hídrico. "Me sedujo tanto el agua como elemento y todo lo que Tales de Mileto propone, es como que le da origen a una secuencia que paradójicamente es a-secuencial, porque el libro no tiene una estructura estereotipada de una novela. Hay continuidad ínfima, entre líneas, son relatos sin situación témporo-espacial", define el narrador. Crípticos y herméticos son otros calificativos que utiliza para estos textos, y para completar la descripción, recuerda que el propio Scalona relacionó sus textos con algo "neo-barroso", en la línea de Néstor Perlongher, uno de los escritores preferidos de Fabricio.

"No puedo concebir una ficción si no es a través de la estética. La estética prima sobre todas las cosas, incluso sobre el contenido. Por eso hay manejo del vocabulario, del lenguaje, mucho trabajo, metodología, esa paranoia que a uno le agarra cuando escribe y está archi-corregido", alerta Fabricio sobre su forma de concebir la literatura y, por si fuera poco, cuenta que descree de la inspiración. Prefiero el oficio, hacer de esto una necesidad.

Claro que no todas son rosas. Y la pregunta sobre el nombre de la colección se abalanza como una condena. Fabricio reconoce que se trata de una serie "contestataria o contrapuesta a Las semillas de Eva, que dirigió Gloria Lenardón". Y luego, advertido sobre el sesgo misógino del nombre, no se amedrenta. "Lo único que muestra esta colección, o al menos mi libro, es que el hombre está absolutamente sumido a la intervención femenina", confirma.

Que Fabricio sea hiperkinético, y que apenas pueda pestañar, no habla de su obra --valorable mucho más allá de las condiciones en las que desarrolla su vida-- sino de una vitalidad irrefrenable, contagiosa. De una alegría que se despliega en cada carcajada, en cada frase elaborada con las que describe su producción.

Esta noche, Fabricio hará una presentación conjunta con sus amigos, en los Almacenes Rosental. Además de dirigir la colección, Scalona presentará su propio título, Enrarecido, mientras Ricardo Giamet hará lo mismo con Silvia y Jorge Cohen --porteño él-- con El Barco.