La Legislatura cerró ayer el período de sesiones ordinarias envuelta en un avispero. Primero fue la acusación de Hermes Binner al justicialismo porque no lo deja gobernar la provincia. "Eso es falso y fuera de lugar", le retrucó le presidente del PJ y jefe del bloque de senadores que tumbó la reforma tributaria, Ricardo Spinozzi. Y después, la decisión del Frente Progresista de cajonear el presupuesto 2009 en la Cámara de Diputados -donde controla la mayoría- hasta tanto el PJ garantice que no lo volteará en el Senado, como hizo con el aumento de impuestos. "De lo contrario, Binner gobernará la provincia el año que viene con el presupuesto 2008 reconducido", anunció el líder de la bancada oficial, Raúl Lamberto. "Eso sería muy lamentable", volvió a replicar Spinozzi, quien interpretó el cajoneo del presupuesto 2009 en Diputados como una estrategia para manejar el año próximo entre 5.000 y 6.000 millones de pesos a discreción de la Casa Gris. "Y si a esto agregamos la falta de vocación para poner en marcha los organismos de control, la acefalía en el Enress, la mora en tratar la prórroga del contrato con el Banco de Santa Fe y la expulsión de dos diputados (del PJ) que integraban la comisión de control del Tribunal de Cuentas, me parece que estamos en una situación de cierta gravedad institucional que nos sorprende. Porque si algo contenían los discursos de campaña de Binner era la calidad institucional, el agotamiento del PJ, la necesidad de cambiar las prácticas y los modos. Sin embargo, en este primer año ocurrió todo lo contrario", disparó Spinozzi.

Hace ya más de una semana que el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Fascendini, anunció que no había condiciones técnicas y políticas para tratar el presupuesto 2009 en la sesión de ayer, en Diputados. Y acertó. Ahora, el proyecto podría ser tratado en las sesiones extraordinarias si las convoca Binner, pero eso tampoco es seguro. "Nosotros creemos que el presupuesto 2009 es una ley importante que debe tener suficiente consenso como para que se trate en Diputados y después se respete su contenido en el Senado. Es el camino, y si no se logra, preferimos gobernar la provincia con el presupuesto 2008 reconducido", sorprendió Lamberto.

-Entonces, ¿si no hay un acuerdo político con la oposición, prefieren que no se vote ningún presupuesto? -se le preguntó.

-Efectivamente, es así -ratificó el jefe del bloque oficial. "Creemos que se debe respetar el proyecto de presupuesto 2009 que envió el gobernador. Esto no quiere decir que no se acepten reformas porque siempre el diálogo puede mejorar una propuesta, pero esas modificaciones tienen que surgir del consenso. Si esto se garantiza, a lo mejor lo podemos tratar en el mes de diciembre, pero si no se puede la opción es reconducir el presupuesto 2008 y gobernar el año que viene de esa manera".

"Eso sería muy lamentable", retrucó después Spinozzi, quien consideró la demora oficial en tratar el presupuesto 2009 en Diputados como "una estrategia que le permita a Binner manejar a discreción entre 5.000 y 6.000 millones de pesos, teniendo en cuenta la diferencia de recursos entre un año y otro", dijo el presidente del justicialismo santafesino.

-Hoy, Binner dijo el PJ no lo deja gobernar y que el Frente Progresista tuvo el mérito de unir al justicialismo -le plantearon.

-Esas son afirmaciones falsas y fuera de lugar. Si Binner creó en la campaña expectativas enormes y termina su primer año de gobierno sin mostrar ninguna concreción, sin mejorar la calidad de vida de los santafesinos y buscando excusas, es problema de él. El justicialismo no tiene responsabilidad alguna. Cuando él asumió, no mandó ningún paquete de leyes a la Legislatura donde planteara cuál iba a ser su gobierno: cómo va a cambiar la salud, la educación, la justicia. Pero a pesar de eso, cada proyecto que mandó el gobernador fue tratado, discutido y aprobado en todos los casos, salvo el aumento de impuestos que en la intimidad cuando Binner, Sciara y Bonfatti se juntan deben agradecer a los muchachos peronistas que no fueron adelante con este proyecto que aumentaba la presión tributaria a las empresas y a la industria en un momento donde el mundo hace exactamente lo contrario -concluyó Spinozzi.