Hermes Binner cerró anoche una multitudinaria asamblea en la Casa Gris convencido de que Santa Fe debe adherir al Fondo Solidario Federal que repartirá entre las provincias argentinas el 30 por ciento de las retenciones a la soja: unos 6.500 millones de pesos. "No es una decisión fácil", había dicho el gobernador en medio del debate que reunió a intendentes, legisladores, empresarios del campo y sindicalistas. Y después se esmeró por explicar que no había convocado a la reunión con una decisión tomada. "Si usted acierta en el análisis de la realidad, también va aceptar en la propuesta que va a hacer. Por eso para nosotros es muy importante esta convocatoria. Y quiero que se queden absolutamente tranquilos que nosotros no los llamamos a dialogar con un decreto firmado (de adhesión al Fondo Solidario). Tenemos una posición política (que hay que aceptar los recursos) y por eso la expresamos", se justificó.

En realidad, la reunión en salón Blanco fue una gran catarsis entre los partidarios de aceptar los recursos y los que planteaban rechazarlos. "Los que dicen sí, tienen razón. Los que dicen no, tienen razón. Y los que dicen no sé, también tienen razón", llegó a decir un productor antoconvocado. Una síntesis desató una ola murmullos entre los asitentes. Las opiniones siempre estuvieron divididas, pero la tensión comenzó a aplacarse con el correr del tiempo. Y cedió, cuando el jefe del bloque de diputados provinciales del Frente Progresista, Raúl Lamberto, llamó a Binner: "Señor presidente", quizás acostumbrado a los debates en la Legislatura. El fallido -que Lamberto pasó por alto- distendió los ánimos y se prestó a las bromas sobre el futuro político del gobernador en 2011.

Al promediar la asamblea, el intendente de Santa Fe, Mario Barletta y su colega de Rosario se pronunciaron por aceptar la adhesión de la provincia al Fondo Solidario. El discurso de Miguel Lifschitz fue música para los oídos de Binner. "No creo que haya otro ámbito en la Argentina, donde se está discutiendo de esta manera pública y plural una decisión importante que se tienen que tomar y tiene que ver con el interés de todos los sectores de la sociedad santafesina", dijo el intendente de Rosario.

"Aquí se habló de principios y nosotros compartimos profundamente la idea de que la política y el gobierno se deben basar en principios y cada decisión que se tome se debe basar en ellos. Por eso, nuestra oposición a muchas decisiones del gobierno nacional en materia económica no provienen de los últimos días, ni siquiera del 11 de marzo de 2008, sino que desde mucho antes advertíamos que las políticas económicas no apuntaban a resolver los problemas estructurales de la Argentina ni a distribuir la riqueza, sino que por el contrario: favorecían la concentración económica en grandes grupos de poder".

"Por lo tanto, tenemos mucha legitimidad y mucha autoridad moral para tomar decisiones en un tema que es secundario en este momento. Yo creo que tenemos que aceptar estos recursos -insistió Liflschitz-. No porque estemos de acuerdo en la manera que se implementa la distribución, sino porque nos pertenecen, porque han salido de la producción de la provincia de Santa Fe, que pocos o muchos, van a servir para realizar obras y mejorar la calidad de vida de los santafesinos. Y que si no los recibiéramos van a ser distribuidos en otras provincias, con lo cual no ganaríamos absolutamente nada. Lo que tenemos que lograr ahora es un cambio estructural en la política económica y agropecuaria", concluyó el intendente de Rosario.