Jueves, 30 de julio de 2009 | Hoy
SANTA FE › NUEVAS CRíTICAS A LA JUEZA FEDERAL LAURA COSIDOY
En 1979, en plena dictadura, Cosidoy era defensora oficial en Santa Fe. Piumato, dirigente de la CGT, recordó que presos políticos que eran trasladados de Coronda a Buenos Aires, les confiaron que la actual camarista "les pedía que se quiebren".
"(Laura) Cosidoy les pedía a los detenidos que se quiebren". La frase pertenece al secretario de Derechos Humanos de la CGT Julio Piumato quien recordó que la actual jueza federal de Rosario intentaba doblegar la voluntad de sus propios defendidos. Las declaraciones fueron vertidas en una charla en la Asociación Bancaria de Rosario en el marco de la jornada de apertura del ciclo denominado "Vigilia de Cine (cine Argentino y derechos humanos) que se desarrolló el lunes pasado en el Centro Cultural La Nave, ubicada en San Lorenzo 1383. Allí, Piumato recordó que estuvo detenido en Buenos Aires en 1979, en plena dictadura, y cuando llegaban detenidos trasladados desde la cárcel de Coronda -con quienes compartía el encierro- le comentaban que Cosidoy, por entonces defensora oficial, "les pedía a los detenidos que se quiebren" y que "de esa manera ella podía interceder ante su amigo (general Leopoldo) Galtieri, con quien cenaba seguido".
Del panel de apertura participaron Eduardo Toniolli, en calidad de querellante en causas de derechos humanos; Liliana Mazure, presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa); Juan Nucci, secretario ejecutivo de la Asociación Tribunales de Empleados del Poder Judicial de Santas Fe; y Piumato, secretario de Derechos Humanos de la Confederación General del Trabajo (CGT) y secretario general de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación. Después de la charla se proyectó la película 1973 un grito de corazón.
No es la primera vez que Cosidoy es señalada por su pasado: en una entrevista exclusiva con José Maggi para Rosario/12, publicada el 14 de marzo de este año, la actual camarista reconoció que Galtieri le salvó la vida y hoy luchadores por los derechos humanos "ponían bombas durante el Proceso".
"En verdad tuve problemas con defendidas mías, al llevarles el mensaje de sus familias para que firmaran algo dentro de la cárcel, para sacarlas del grupo 1 al grupo 3, porque así lograban dejar de estar a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Era un nexo con esas familias. Hubo quienes aceptaron y firmaron un reconocimiento y pasaron al grupo 3, y pasaron a estar más libres en sus movimientos, no recuerdo bien, y otras que tuvieron enfrentamientos conmigo diciéndome que le transmitiera a la familia que no iban a hacerlo. Esto pudo haber sido un punto de conflicto, pero que yo confiara lo que hablaba con mis defendidas, si alguna vez lo hice, y si de alguna cosa me sirvió esa relación que pueda ser punto de crítica, fue en favor de mis defendidas siempre. Nunca jamás en contra".
Piumato criticó "al Poder Judicial, que es un reservorio de las ideas más retrógradas". "Los jueces son el principal problema en la falta de celeridad para los juicios por delitos de lesa humanidad. Esto lo vemos con el Consejo de la Magistratura. Hay que seguir metiendo presión, y más ahora que está la voluntad política de avanzar con los juicios, hoy se nombran jueces que responden a las corporaciones. Esa política hay que revisarla".
"Hay un intento de regresión, de querer hacer aparecer como que estamos vencidos, pero no es así. Quieren que siga la impunidad y a los gobernantes a sus pies. Con actitud militante, entre los más viejos y los jóvenes, con la capacidad de unificar reclamos en pos de la sociedad que queremos, hay que trabajar por el acceso a la justicia social, esto lleva a que se termine la impunidad en este país. Hay que hacerlo por los compañeros que dieron la vida por una sociedad mejor", planteó Piumato.
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