Martes, 4 de agosto de 2009 | Hoy
SANTA FE › UN ESCRACHE LO ESPERABA EN LAS PUERTAS DE LA CASA GRIS
La reunión demandó dos horas, pero no avanzó más allá del tono protocolar y algunos escarceos, así que el faltazo de Lole se convirtió en la comidilla política. "El tiene las puertas abiertas y en algún momento nos vamos a encontrar", dijo Binner.
Por Juan Carlos Tizziani
Hermes Binner convocó anoche a los veintidos legisladores nacionales de Santa Fe para la foto con Carlos Reutemann. Pero no hubo foto. Lole había anunciado la semana pasada que participaría en la reunión para definir una agenda de temas que interesan a la provincia en el Congreso, pero a último momento cambió de idea: llamó por teléfono al ministro Antonio Bonfatti y "se disculpó porque no podía llegar a la Casa de Gobierno", según dijo después el propio Binner. En las puertas, lo esperaba un pequeño grupo manifestantes y víctimas de la catástrofe del río Salado de 2003 que demanda justicia desde hace seis años con carteles y otra foto de Lole tamaño natural, con traje a rayas y detrás de las rejas. Un allegado al senador dejó trascender que le dijo a Bonfatti que "no estaban dadas las condiciones de seguridad" para llegar a la Casa Gris, pero el argumento fue relativizado por voceros oficiales. "Una excusa", dijo una fuente consultada por Rosario/12.
Binner había convocado a la reunión para coordinar una acción transversal en el Congreso en defensa de los intereses de Santa Fe. Tuvo más éxito que en los dos encuentros anteriores el primero, en setiembre del año pasado por la sequía, y el segundo, en enero último, por la impacto de la crisis global en la economía santafesina . Anoche, respondieron diecinueve legisladores: diecisiete diputados, entre ellos el jefe del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi y dos senadores: el socialista Rubén Giustiniani y la reutemista Roxana Latorre.
El gran ausente fue Reutemann, que zafó de un escrache. En las puertas de la Casa Gris, se había apostado un grupo de manifestantes de la Marcha de las Antochas, que cada semana se movilizan hasta la plaza de Mayo en demanda de justicia. Ya llevan más de seis años y centenares de rondas semanales, pero ayer el grupo era pequeño no más de doce personas contenidas por cinco policías.
La reunión demandó dos horas, pero no avanzó más allá del tono protocolar y algunos escarceos, así que el faltazo de Lole se convirtió en la comidilla política. Un rato antes, y a falta de aviso, otros legisladores se toparon también con la protesta. Rossi y su hermano Alejandro cruzaron entre un coro de insultos, tantos que Alejandro se dio vuelta y repitió un gesto de otras ocasiones: la mano derecha a media altura y el dedo índice apuntando al cielo. Giustiniani, para su propia sorpresa, también atravezó el escrache entre reclamos y bronca. Pero su colega Roxana Latorre corrió con mejor suerte, llegó a la Casa Gris sin contratiempo, quizás porque no la conocieron.
Más tarde, el ex gobernador y diputado Jorge Obeid fue uno de los voceros del encuentro. "Reuteman avisó que no venía por la manifestación que hay en la puerta ¿Es así?", le preguntaron.
Sinceramente, no sé porque no vino. Yo estuvo ayer conversando largamente con él y tenía toda la decisión de venir. No sé qué problema puede haber tenido que no vino contestó Obeid.
Binner también le restó importancia a la ausencia de Lole. "Se que habló con el ministro Bonfatti, pero él tiene las puertas abiertas y en algún momento nos vamos a encontrar", dijo el gobernador.
¿Y qué le dijo a Bonfatti?
No conozco, se que le habló por teléfono y se disculpó porque tenía dificultades para llegar a la Casa de Gobierno.
¿Lo sorprende? Porque hasta ayer, Reutemann dijo que venía.
Lo importante es que se haya realizado esta reunión y con normalidad. Y es importante también que le podamos transmitir al senador Reutemann sus conclusiones.
¿Por qué no se garantizó la seguridad para que Reutemann llegue a la Casa de Gobierno sin problemas? Fue dos veces gobernador y el 28 de junio resultó reelecto por tercera vez en el Senado -le planteó otra colega.
La seguridad la tiene, obviamente respondió el gobernador, con cierta ironía. Y después sintetizó las conclusiones: "Una reunión muy importante para construir un diálogo interpoderes".
Según Binner, los temas que más preocupan a su gobierno son "la situación social porque hay una demanda creciente que tiene que ver con los alimentos y la pobreza", la pandemia de gripe A y el futuro avance del dengue y la caída de puestos de trabajo por el impacto de la crisis global. "Hablamos también sobre la situación del campo, la agroindustria y las retenciones. Y en tercer lugar, las deudas que la Nación tiene con la provincia de Santa Fe por unos 4.000 millones que (si se pagan) podrían recomponer el gasto social".
"Hubo puntos de vistas discordantes, pero se coincidió en la necesidad de representar los intereses de la provincia en el Congreso", concluyó el gobernador. "Los legisladores comprendieron esta situación de pobreza que va creciendo en Santa Fe y de la situación de la agroindustria", concluyó Binner.
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