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Víctor Robledo, el joven "crucificado" en Frontera, rompió ayer el silencio y acusó a la policía santafesina de haberlo vejado. Aseguró que un grupo de policías lo detuvo "por nada", lo golpeó mientras se reía, lo sujetó con cinta de embalaje a un trozo de madera y le colgó un cartel que decía "No robarás". Pero no todo quedó allí: ayer le dijo a un diario porteño que el jefe de la comisaría lo había tratado de sobornar: "Si decís que fue una broma, te tiramos una moneda".

Robledo aseguró en declaraciones periodísticas que tras ser abandonado por los policías de Frontera, en la ciudad de San Francisco solo quería desatarse y volver a su casa. "No iba a denunciar a nadie, pero por el quilombo que se armó tuve que declarar en la Justicia", contó el joven de 27 años. Lo hizo ante el fiscal de Rafaela, Martín Castellano. La investigación policial está a cargo de Asuntos Internos.

"A mí me detuvieron por nada, a las siete de la mañana (el miércoles) cuando yo me levanto, me llevan de mi casa porque alguien les dijo que había forcejeado conmigo antes de que ellos llegaran, lo cual era una mentira porque yo había estado durmiendo con toda mi familia, que estaba presente cuando me llevaron. Me tuvieron todo el día encerrado en un calabozo; cuando me sacaron a la noche se cagaron de risa. Estuve desde las siete de la mañana hasta las 2 del siguiente día (jueves, día en el que alrededor de esa hora fue hallado "crucificado"), encerrado ahí adentro por nada", relató el joven.

Consultado sobre por qué no se resistió ante los policías dijo: "No se puede. Ahí adentro ellos deciden por vos, son la autoridad. Te dicen 'tirate al piso' y tenés que tirarte. Y acá no me quedó otra que levantar los brazos y dejar que me ataran al palo. Además, me ataron las piernas con otro precinto y las encintaron, así que no podía moverme". Robledo denunció que mientras le pegaban "trompadas en el estómago, se cagaban de risa entre ellos ". Y acotó: "Me cargaron en una camioneta y me llevaron hasta San Francisco. Cuando llegamos, me bajaron, me dejaron parado y me empujaron. Me caí de frente sobre unas ramas". "Me esperancé cuando un vecino salió a la vereda a ver qué pasaba, pero luego volvió a entrar a su casa", comentó.

Media hora después, llegó el móvil policial cordobés que le salvó la vida: "Ellos me llevaron al Hospital (Iturraspe) para que me hicieran un estudio".

"Tengo miedo por mi familia, que le pueda pasar algo el día de mañana. Nadie me da garantías de nada. Lo que hicieron no tiene moral. Quiere decir que un ser humano que trabaja no sirve de nada para la Justicia", confesó.

Por su parte Ignacio Del Vecchio, secretario de Control de Seguridad de Santa Fe, se mostró desconfiado del relato: confirmó que hubo "contradicciones" en la declaración de la víctima, y aseguró que en las entrevistas realizadas los vecinos coincidieron en que "la víctima no era una persona muy querida, siempre estaba ligado a ilícitos investigados, a robos en la zona". Consideró que si el hecho ocurrió y "fue realizado por una o varias personas de las fuerzas de seguridad, vamos a actuar con rigor, porque para nosotros esto es algo institucional".

El Ministerio de Seguridad pasó a disponibilidad a seis efectivos: entre ellos el jefe y subjefe de la comisaría 6, a quienes se les imputan los delitos de privación ilegal de la libertad agravada, apremios ilegales y vejaciones (para el jefe), "encubrimiento agravado" (para el subjefe), "privación ilegal de la libertad y apremios ilegales y privación de la libertad agravada (para otros tres policías).