Desde Santa Fe

Miguel Lischitz cerró anoche un acto en el estadio de Regatas, frente al puente Colgante, junto al gobernador Antonio Bonfatti, Hermes Binner y los ministros del gabinete en primera fila, rodeado por más de 400 candidatos de su lista, entre ellos legisladores, intendentes y presidentes de comunas. "Acá está el gobierno", dijo. Y anunció que en el tramo que viene de la campaña marcará "las diferencias" con sus rivales dentro y fuera del Frente Progresista. "En un escenario nacional que viene prefigurando un fortalecimiento de alternativas conservadoras, con fuertes raíces en la década del '90 nosotros nos comprometemos a hacer un gobierno bien progresista, bien cívico y bien social, un proyecto para las mayorías", explicó.

La presentación de la lista oficial fue show, con muchos globos y cotillón, una banda en la tribuna y varias pantallas gigantes, al costado del palco y en la vereda. Lifschitz fue el último en subir al palco. El primero había sido Binner, el más aplaudido, pero también el único que no habló. La serie de discursos había arrancado con dos radicales: el vice Jorge Henn y el intendente de Reconquista Jacinto Speranza; siguió su colega de Rosario Mónica Fein, el segundo de la fórmula, Carlos Fascendini y Bonfatti.

Lifschitz fue acunado por un clima de euforia, a pesar de los 40 grados que convirtieron a los panfletos en abanicos. "Hoy empezamos a marcar la diferencia, aquí está la política en serio, el Frente Progresista. ¡Acá está el gobierno!", dijo Lischitz.

"Tenemos un gran equipo para ganar las elecciones y gobernar la provincia, pero más que un equipo es una verdadera selección. Aquí están los mejores jugadores de la política santafesina", sacó pecho Lifschitz. Y dijo que la fórmula con Fascendini representa "lo mejor de la UCR, un dirigente intachable, prestigioso, con experiencia que completará la dupla de gobierno que vamos a representar después del 10 de diciembre", vaticinó.

Fue allí cuando apuntó a su desafiante en la carrera a la Casa Gris y jefe de la UCR, Mario Barletta. "Nuestra estrategia de campaña será defender el gobierno, difundiremos los logros y avances de la gestión. Y los que quieren hacer críticas tienen que jugar en la oposición. En el Frente Progresista no hay lugar para las críticas, acá estamos para ponerle el hombro al gobierno que nos enorgullece, porque significó un extraordinario cambio en Santa Fe", dijo. Ya se sabe que los radicales de La Capital que no fueron al acto están encolumnados con Barletta.

Lifschitz dejó para el final el tramo más polémico de su discurso: la crítica a los otros candidatos a gobernador y vice con más chance, a quienes no mencionó. Una doble vara que calificó su fórmula del Frente Progresista coo "el tren del futuro que va para delante" (sic) y a las otras como "la escudería del pasado".

"Hay que explicarle a los santafesinos quiénes son nuestros verdaderos rivales", recomendó el socialista. "Nuestro enemigo es el pasado. Y la escudería del pasado corre con dos autos en esta carrera. Una fórmula que se armó en la Casa Rosada una semana antes del cierre de listas, los restos del populismo de los '90 y del populismo de esta última década. No tienen nada nuevo que ofrecerle a los santafesinos. El tren del futuro no pasa por allí".

"Y la otra fórmula que va de novedad no tiene nada de nuevo, son los viejos discursos, viejos dirigentes reciclados de la vieja política santafesina que trata de salir a la superficie nuevamente. Un barco que va juntando náufragos y aventureros de todo tipo y color", tiró Lifschitz mientras levantaba aplausos y silbidos en la tribuna. "Que los santafesinos no se coman la curva, no hay nada nuevo bajo el sol, el único tren del futuro que va para adelante es del Frente Progresista", arengó.