El reclamo popular por la inseguridad volvió al primer plano ayer en Rosario, y por partida doble. En el Concejo municipal se aprobó una moción para que el Ejecutivo exija a la provincia mayor patrullaje para el barrio Luis Agote, donde hace dos semanas murió un vecino asaltado por motochorros, como así también mejoras en el alumbrado público y la poda y escamonda de la arboleda. Pero al mismo tiempo, brotó una protesta colectiva en barrio Fisherton, debido a sucesivos robos ocurridos en los últimos días.

El clamor del barrio Luis Agote, detrás de la terminal de ómnibus, desembocó ayer en la aprobación del Concejo de un decreto elevado por los ediles Diego Giuliano, Miguel Angel Cappiello, Sebastián Chale y María Eugenia Schmuck por el que se "solicita al Ejecutivo encomiende patrullaje permanente en la zona de la seccional 7ª".

"Esperemos que dure y no sea sólo por lo de mi hermano. Porque acá roban todo el tiempo, ya salimos sin anillos, ni cadenitas, ni reloj ni celular", contó Manuela Lucero, hermana de Damián, el verdulero de 36 años que el domingo 1º a la madrugada fue asaltado y apuñalado sin piedad por dos motochorros que lo emboscaron en Constitución al 400, a la vuelta de su casa, y cuando se dirigía a la terminal a buscar a familiares.

No obstante, la mujer reparó en que percibe cierta incremento en la presencia policial desde el crimen de su hermano. "Anoche (por el miércoles) había una trafic negra con un montón de policías debajo del Viaducto Avellaneda, parando las motos. Esperemos que sigan", dijo.

Giuliano señaló que el pedido aprobado apunta a realizar controles sobre motociclistas en la zona de mayor ocurrencia delictiva, desde calle San Nicolás hasta el viaducto, además de mejorar el alumbrado público y despejar las farolas de entre el follaje.

"El control de motos tendría que hacerse siempre y en todos los barrios", apuntó Octavio Polo, cuñado de Damián Lucero, y coincidió con Manuela en que desde el crimen que estremeció al vecindario, "se ve un poco más que la policía anda patrullando".

Lejos de allí, un grupo de vecinos convocó a una manifestación de protesta en Wilde al 600, en Fisherton Oeste, debido a una sucesión de robos callejeros. Una de las portavoces del malestar, Carina, encargada de un almacén, enumeró diversos ataques a viviendas y vecinos de la zona, muchas veces a mano armada. "Incluso, a la vista de todos unos muchachos arrancaron el aire acondicionado de una casa y se lo llevaron en bicicleta", contó la comerciante que sumó 18 asaltos en su negocio. "Se meten en los jardines a cualquier hora, no podemos estar tranquilos ni en el patio de nuestra casa", se quejaron en el mitin realizado entre la escuela Gabriela Mistral y el campo de deportes del Centro Asturiano.