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Como se sabe, enamorarse no es fácil ni algo que se logre sólo por desearlo. Es algo de a dos, un estado que abarca la pasión, la razón, los sentidos. En fin, no es nada sencillo llegar a enamorarse, pero es el estado más maravilloso para vivir. Uno acompaña al otro y se siente acompañado por el otro. Uno banca a ese amor a toda costa y ese amor lo banca a uno en forma incondicional, y para ello sólo basta que ambas partes sean leales a ese amor, lo correspondan, hagan lo que esté al alcance y lo que no para mantener vivo ese sentimiento.

Será por eso que acompañamos y bancamos sin perder ni un poco del enamoramiento que millones de argentinas y argentinos sentimos que se apoderaba de nosotros en aquellos días de mayo de 2003, cuando Néstor Kirchner inauguró un tiempo de felicidad, un camino de ida y vuelta que hoy transitamos junto a la compañera presidenta Cristina Fernández. Y no seguimos juntos y enamorados sólo por compartir convicciones; lo hacemos porque esas convicciones se pusieron en juego y transformaron a la Argentina, recuperando para el Pueblo un proyecto de Nación que había sido entregado como bandera de derrota por la mayoría de las fuerzas políticas. Por eso nos enamoramos.

En estos doce años pasaron cosas que, como producto de esa claudicación de la que hacemos mención, al principio no fueron ponderadas en su enorme dimensión y parecieron el resultado de la necesidad de dar golpes de efecto para construir poder, del que se carecía. Pero a poco de ver andar, decir y hacer a Néstor, en innumerables planos derechos humanos, sociales y laborales, desarrollo industrial planificado, tratamiento inédito del endeudamiento heredado del ciclo neoliberal, el permanente diálogo con el Pueblo, salteándose viejos intermediarios clientelares , quedó claro para una amplia mayoría que comenzaba un profundo cambio, y ese cambio era a favor de los sectores más golpeados por el ajuste sin fin, y con la mira puesta en los más vulnerables.

Hacía mucho tiempo que la juventud no se mostraba interesada en participar activamente en la política, y ése fue uno de los primeros fenómenos que pudieron observarse desde los inicios del kirchnerismo. Esa participación, lejos de mermar, nunca paró de crecer, y los testimonios de los mismos jóvenes indican que la principal motivación es sentirse parte de un proceso político que los contiene, los toma en cuenta, les abre las puertas para que se sientan protagonistas, y la constatación de que Néstor, Cristina y el resto de la dirigencia de las fuerzas que integran el Frente para la Victoria no hacen gala del doble discurso.

Fueron y son muchas las políticas públicas que niños, jóvenes, padres, madres y ancianos abrazamos, no como una limosna o favor sino como derechos postergados por décadas, con excusas o discursos que el Pueblo no olvida.

La inclusión de millones de mujeres y hombres al sistema previsional, previa disolución de las nefastas Afjp fue un impulso vigoroso para cambiar rápidamente el modelo de país que dejaban hecho escombros los ejecutores de las políticas neoliberales hasta 2002, quienes obviamente no le habían advertido al Pueblo que millones de personas quedarían en el total desamparo previsional.

Las grandes mayorías tenemos sobrados motivos para defender con alegría este proyecto que nos sigue enamorando. También desde la Patria del amor y la pasión, el General y Eva Perón sentenciaron que los únicos privilegiados serían los niños. Hoy, el Ministerio de Educación de la Nación, por decisión de la Presidenta, es el mayor comprador de libros del país. De 2003 a 2015 se habrán comprado 90 millones de libros, distribuidos en forma gratuita en escuelas, colegios y bibliotecas populares. Millones de libros en manos de niños enamorados. Y algunos se preguntan por qué el fin de ciclo nunca llega..

¿Por qué millones de personas se siguen enamorando de este proyecto? No es difícil. Apenas hace falta aceptar la contundencia de algunos hechos.

Por intermedio de la ANSES, el Estado viene sosteniendo el programa Conectar Igualdad, que ya entregó millones de netbooks a estudiantes secundarios de todo el país. Además de pagar la jubilación mínima más alta de toda latinoamérica, sumando otros aportes del Estado, ese organismo financia casi el 97 por ciento de la jubilación en la Argentina. También la Asignación Universal por Hijo, la asignación para embarazadas, y si ello fuera poco, sostiene el Plan Progresar, que permite a los chicos y jóvenes estudiar y trabajar. Como lo recordó la Presidenta en su discurso de apertura de sesiones ordinarias, todo ello se hace gracias al Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que acumuló desde 2009 a 2014 casi 500 mil millones de pesos. No son números que marean, son cifras que enamoran.

Desde que se lanzó el Procrear, y con absoluta transparencia, ya son 200 mil los créditos sorteados a través de la Lotería Nacional. Casas nuevas, compradas o construidas por personas que ya habían perdido la esperanza de tener vivienda digna y propia.

Enamoran los avances inéditos en ciencia y tecnología, que no pasa sólo por haber puesto en órbita un satélite, ingresando al pequeño grupo de ocho naciones en condiciones de hacerlo. Enamora el retorno de centenares de científicos que habían tenido que partir por falta de horizontes de investigación y desarrollo de sus saberes y especialidades. Hoy trabajan dignamente en su propia Patria, respetados por el Estado, que en su momento los maltrató y por encima de todo, su Pueblo.

Tantas cosas que falta mencionar para explicar por qué seguimos enamorados. Tal vez eso sea lo más increíble: cuando uno puede estar frente al otro sin parar de enumerar las razones de tanto amor, no puede haber poder terrenal que lo derrote. Al contrario: doce años después, el proyecto de Néstor y Cristina sigue sumando enamorados.

* Diputado provincial. Miembro de la Mesa Nacional de Conducción del Movimiento Evita.