Miércoles, 1 de abril de 2015 | Hoy
SANTA FE › EL VEREDICTO DE LA JUSTICIA NO ALIVIó A LA FAMILIA DE SILVIA SUPPO
El Tribunal santafesino condenó a dos pibes a cadena perpetua por "homicidio
agravado" por "alevosía" y "para procurar la impunidad", pero no hubo aplausos,
ni festejos. "Nosotros queremos que se investigue todo", dijo la hija de Suppo.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
El Tribunal Oral de Santa Fe declaró ayer culpables a los dos imputados por el asesinato de Silvia Suppo y los condenó a prisión perpetua. Una hora antes, Rodrigo Sosa y Rodolfo Cóceres, se habían declarado inocentes, al retractarse de la supuesta confesión del crimen que los llevó a la cárcel hace cinco años. Negaron hasta haber ingresado al negocio de Silvia, en Rafaela, el 29 de marzo de 2010, donde ella sufrió nueve puñaladas que le costaron la vida. "Soy inocente", dijo Sosa. Su primo repitió la frase. El Tribunal no les creyó y los condenó a cadena perpetua por "homicidio agravado" por "alevosía" y "para procurar la impunidad". El veredicto no alivió a la familia de Silvia. "Mucho dolor" dijo sentir su hija, Marina Destéfani. "Tristeza, bronca", agregó su hermano, Hugo Suppo. Ellos creen que el Tribunal aún les debe un juicio justo porque no avanzó en la hipótesis política, rechazó la reconstrucción del crimen y desestimó el pedido de las querellas de investigar la "trama de encubrimiento policial y judicial". "Llegamos hasta aquí como si todo se hubiera hecho en forma correcta y perfecta, pero es falso. Me pareció como una obra de teatro", ironizó Suppo.
Sosa y Cóceres expresaron sus últimas palabras a las 11. "Soy inocente. Yo nunca entré al local", dijo el primero. "¿Algo más?", le preguntó la presidenta del Tribunal, María Ivón Vella. El negó con la cabeza, se levantó y su lugar lo ocupó Cóceres, quien repitió lo mismo: "Soy inocente. Nunca ingresé al negocio. No hice nada".
La retractación corrige lo que dijeron hace tres meses, en el primer día del juicio. "Fuimos robar y eso fue lo que pasó", había dicho Sosa. "Fuimos a buscar la plata, no a quitarle la vida a nadie. Todos se nos fue de control", completó Cóceres. Ni el 16 de diciembre, ni ayer, se confesaron autores del homicidio, como dicen las actas de la causa.
Siguió un cuarto intermedio hasta las 12.30, que se extendió más por "inconvenientes en la redacción del veredicto", según se disculpó Vella. El clima en la sala era tenso. Y después, la jueza leyó la condena a Sosa y Cóceres a "prisión perpetua" por el "homicidio agravado" de Suppo "por haber sido cometido con alevosía y para procurar la impunidad". Los fundamentos se conocerán el 9 de abril.
El veredicto coincide con los pedidos de la acusación. El fiscal Martín Suárez Faisal había solicitado la máxima escala por "homicidio en ocasión de robo" y los abogados querellantes Lucila Puyol, Guillermo Munné y Lucía Tejera la misma pena, pero por "homicidio agravado" por "alevosía". La sentencia incluye los dos móviles.
La otra cuestión a resolver eran los pedidos de investigaciones. Los querellantes denunciaron una "trama de encubrimiento" y solicitaron que se investigue al juez Alejandro Mognaschi, a la ex fiscal y hoy jueza Cristina Fortunato y a más de 25 policías que intervinieron en la causa, entre ellos el ex jefe de la Unidad Regional V, Juan José Mondino (actual secretario de Seguridad de Rafaela) y el ex subjefe, Leandro Amaya. Mientras que la abogada de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, planteó que la pesquisa debía avanzar sobre "la responsabilidad institucional de la Policía de Santa Fe".
El Tribunal solo decidió remitir copias de las declaraciones de dos testigos, Juan Ramón Vázquez y Marcela Cóceres, por lo que denunciaron en el juicio, pero no a la Dirección de Asuntos Internos de la provincia (como había propuesto la fiscal Natalia Palacín), sino al fiscal federal en turno. Vázquez es el albañil que denunció que lo torturaron con una bolsa de nylon en la cabeza y le quebraron el tabique para que se hiciera cargo del crimen. Y Marcela Cóceres era la ex pareja de Rodolfo Cóceres a la que amenazaron con quitarle su bebé de 9 meses si no denunciaba a su compañero, la "manotearon" y luego la tuvieron presa y esposada casi 20 horas.
Tras la lectura de la sentencia no hubo aplausos, ni festejos. El silencio sólo se rompió cuando los pibes comenzaron a cantar que "a Silvia la mató la policía". Los hijos y el hermano de Suppo salieron de la audiencia con bronca. "Frustración", la llamó Marina Destéfani. "Porque si bien es la condena que habíamos pedido, también solicitamos otras cosas que fueron rechazadas. Nosotros queremos que se investigue todo. Sentimos mucho dolor, indignación, cansancio, hastío".
"Estoy triste", dijo Hugo Suppo cuando Rosario/12 le preguntó cómo había recibido el veredicto. "Da pena que no se hiciera justicia completamente. Esperaba que la acción policial fuera cuestionado, pero no fue así. Estoy como mucha rabia". En el juicio, Suppo dijo que su hermana "incomodaba a muchos con sus denuncias (de los crímenes de lesa humanidad), sobre todo en la Policía de la provincia que todavía tiene rémoras de la dictadura".
"La sentencia estß centralizada en estos dos individuos y del resto no se habló, no se dijo nada de una investigación mal hecha, de todo lo que se viene reclamando desde el inicio. Es como si todo se hubiera hecho en forma correcta y perfecta y llegamos hasta aquí. Pero es falso, me pareció como una obra de teatro", agregó Suppo.
La abogada Lucía Puyol lamentó que el Tribunal no ordenara investigar "todo lo que se ventiló en el juicio sobre el accionar" de la Policía de Rafaela. Y anunció que se presentarßn como querellantes en la causa que se abrirß en la fiscalía federal por las denuncias de Vßzquez y Cóceres. "Volveremos a reclamar para que se vea lo que pasó en el juicio, el pésimo accionar de la policía y el encubrimiento en esta causa. Pretendíamos más de este Tribunal ", concluyó Puyol.
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