Domingo, 17 de mayo de 2015 | Hoy
SANTA FE › A CASI UN MES DE LAS GENERALES LOS CANDIDATOS CAMBIAN CAMPAñAS
Lifschitz es uno de los que más modificó su estrategia. Perotti quiere adueñarse del cambio y a Del Sel le piden silencio.
Por Pablo Feldman
A poco menos de un mes de las elecciones generales, los candidatos replantearon sus estrategias que difieren de las llevadas adelante para las PASO, especialmente en el Frente Progresista que de las tres fuerzas en disputa fue la única que no alcanzó el objetivo prefijado. A partir de su floja performance en el primer turno del cronograma electoral, los socialistas no sólo despidieron a sus publicistas sino que a duras penas recién ahora han logrado unificar un discurso diferente del empleado para la compulsa del 19 de abril. De ahora en más, esas promesas deberán ir acompañadas de acciones y gestos políticos que respondan a las demandas de la sociedad especialmente en Rosario para revertir un escenario en el que el exceso de confianza que fue inversamente proporcional a la atención que le prestaron a sus socios del Frente Progresista le permita retener esos votos que son imprescindibles para lograr el triunfo el 14 de Junio.
Por su parte, el Frente para la Victoria que superó su meta del 20 por ciento en las primarias apunta ahora a captar lo que Omar Perotti llamó "el voto que expresa el cambio" y seducir a los votantes con un discurso lo suficientemente amplio como para interesar a los votantes del FP y del PRO al mismo tiempo.
En las filas del PRO, en tanto, están revisando los primeros gestos tras el resultado favorable de las PASO que llevó a su candidato a Gobernador a "irse boca" y anunciar futuros colaboradores cuyas reputaciones no son precisamente atractivas ni siquiera para los sectores más conservadores. Los operadores amarillos creen que lo mejor sería "no hacer olas", que pase el tiempo y que el cómico no hable más.
Vista el frente
Sin dudas la situación más comprometida es la del oficialismo que está en un lugar que no esperaba, y por tanto para el que no estaba preparado. No haber sido el espacio más votado en las PASO, provocó contradicciones, reproches y conflictos inesperados. No sólo el lamentable escrutinio provisorio generó tensión en la interna socialista sino las diferentes interpretaciones de los resultados y la manera de revertirlos.
Recién la semana que pasó pudo advertirse algún grado de cohesión, y más allá del episodio desafortunado de pedir 2500 policías y que un funcionario a tiro de decreto le diga que no, la intendenta Mónica Fein alzó su voz frente al gobierno de su propio partido poniéndose al frente del reclamo de la ciudadanía rosarina. La respuesta no fue la que esperaba, el ex gendarme Chaumont dijo que sería imposible, pero inmediamente apareció la alternativa de Gendarmería que motorizaron los referentes del Frente para la Victoria.
Miguel Lifschitz durante el primer tramo de campaña cuando estaba seguro que ganaba había minimizado el efecto de la presencia de las fuerzas federales. Los votantes no pensaron lo mismo seguramente, y ahora el candidato se suma al pedido y no "apuesta" a que sea la Policía de Santa Fe la que se ocupe de combatir el delito en Rosario.
Para eso fue necesario recrear el espacio del Frente Progresista que parecía más un sello que una fuerza convergente. La reunion en el club Echesortu en la que se mostraron juntos Pablo Javkin, María Eugenia Schmuck, la intendenta Fein y otros dirigentes de los partidos del frente fue un punto de partida, no sólo para la segunda parte de la campaña sino para la construccion política. Eso es lo que se pretende transmitir a la sociedad para que con los vtos ya cosechados por ambas listas se pueda encarar un nuevo mandato en la Municipalidad de Rosario. Buenas intenciones que necesariamente deberán ir acompañadas urgentemente de acciones como el reclamo de policía para que el electorado responda en consecuencia.
En el caso de Lifschitz, el desafío mayor pasa por definir su perfil, ya que en la primaria estuvo más preocupado en diferenciarse del gobierno de Cristina Kirchner que contraponer con el PRO, desde el punto de vista ideológico, y sobre todo con Miguel Del Sel desde lo metodológico. Al parecer, por las últimos movimientos del ex intendente, ha caído en la cuenta que difícilmente los seguidores de Mauricio Macri lo favorezcan con su voto, en la medida que siga sosteniendo principios sociales y progresistas. Es decir Lifschitz debería "atender" a Del Sel antes que a otros dirgentes, y de otras fuerzas.
Al frente para la victoria
Perotti intentará "repatriar" votos peronistas que se fugaron al PRO. Lo hace con un trabajo territorial que sostiene sus expectativas de triunfo. Es un dato verificable que la suma de votos de los candidatos a intendetes y jefes comunales del PJ superan ampliamente los votos de Del Sel y duplican los de la fórmula para la gobernación. El trabajo fundamental de Perotti, más allá de su presencia en los medios, su llegada al gobierno central un ejempo es la reunión de mitad de samana con Sergio Berni para el retorno de Gendarmería y su sólido discurso, es comprometer a los dirigentes territoriales para que trabajen a la par de sus candidaturas, la fórmula para la Casa Gris. Por eso, fiel a su estilo, haciendo equilibrio, convoca a referentes de facciones contrapuestas pero "que no sacan los pies de plato". Para la retórica kirchnerista cuenta con el valioso aporte de su vice, Alejandro Ramos, que tiene espalda política como para desafiar a Carlos Reutemann y asegurar la pertenencia a un modelo al que Perotti adscribe pero sin ser un "varietal" como es el Secretario de Transporte. Trasladado a la "liga nacional", Perotti está más cómodo con Daniel Scioli y Ramos con Florencio Randazzo. Y todos bajo el ala de la Presidenta CFK.
La idea es no dejar escapar ni un solo voto peronista, y en los próximos días esto se verá refrendado por la presencia de dirigentes nacionales de primera linea. Daniel Scioli está especialmente interesado en que Perotti haga una buena elección y su apoyo explícito puede ser un elemento nada desdeñable.
No hagan Olas
"Que no hable más". Cuatro palabras que dirigentes locales del PRO le atribuyen a Durán Barba que se distrajo unos pocos minutos de la campaña de su patrón Mauricio Macri para "ocuparse" de Santa Fe. La anterior vez que se había abocado a los movimientos del candidato santafesino fue para asegurarse de que no subiera al escenario de los festejos de las PASO en la Ciudad de Buenos Aires. La recomendación era para el candidato a Gobernador. Lo que no puede controlar el publicista es el archivo, porque Del Sel habló aunque ahora se llame a silencio. Tampoco puede modificar los currículos de algunos de los futuros eventuales colaboradores y mucho menos el pensamiento noventista de su candidato y el reutemismo residual que lo nutriría de "cuadros técnicos". A los nombres de Juan Carlos Mercier y Migue Sedoff, se agregarían en los próximos días los de los referentes en Justicia. Se habla de un ex juez federal, que se asoció a un estudio un par de días después de haber emitido una sentencia millonaria favorable a sus colegas.
Los canales de televisión de la ciudad están procurando que haya al menos dos debates. La metodología que ha trascendido hasta el momento, pretendida por el PRO debería hacer cambiar el título de la reunión. Debate "a la americana" como los que se han visto en los Estados Unidos con los candidatos interpelándose y un moderador acotado a sólo eso, no está en los planes de los candidatos macristas. Paradójicamente, en plena "ola amarilla" las instrucciones del jefe son precisamente "no hagan olas".
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