La vicegobernadora María Eugenia Bielsa respaldó ayer a la ministra de Salud Silvia Simoncini quien días atrás no firmó el documento que se suscribió en el ámbito del Comité Federal de Salud (COFESA) en respaldo de las autoridades, profesionales y familias vinculadas a las dos chicas discapacitadas, que habían sido violadas, y a las que se les practicó un aborto de acuerdo a las leyes vigentes. Bielsa dijo a Rosario/12 que Simoncini tuvo una posición "muy comprometida" porque no es fácil "sentarse ante otros ministros y decir 'no firmo" ya que consideró que el tema del aborto no ha tenido "un debate en la provincia y ni siquiera al interior del gabinete provincial".

"Hablé mucho con ella" (por Simoncini) dijo Bielsa y "me informó que se trató de un documento que estaba terminado, que no fue discutido como iniciativa del COFESA". La vicegobernadora opinó que Simoncini "debe haber interpretado que no debía actuar por una posición personal sino institucional....Este tema tiene tanta dimensión y tiene que ver con la ética, entonces ella argumentó que como no lo había discutido de manera institucional no lo firmaba...Creo que también puede haber pensado que podía involucrar políticas públicas o aspectos más amplios a los incluidos en el documento".

Cuando este diario consultó a la vicegobernadora acerca de la postura crítica hacia la actitud de Simoncini que mantuvo el ex ministro y actual diputado nacional Juan Sylvestre Begnis, Bielsa opinó que "si él tiene un verdadero convencimiento, como presidente de la Comisión de Salud tiene la oportunidad y la responsabilidad ética y moral de presentar un proyecto de ley y de aportar al debate". También dejó en claro su postura personal acerca de la responsabilidad que le compete al Estado para "brindar y agotar todos los métodos de educación y prevención para no tener que llegar a los abortos" pero a la vez reconoció que cuando se ha hecho todo lo posible y se está ante situaciones concretas "también el Estado tiene que brindar la misma calidad en la atención que la que se da en una institución privada. Una de las chicas terminó abortando en una clínica privada y pagando $ 5.000 lo que demuestra que cuando hay dinero se hace y se complica cuando no lo hay".