El gobernador Miguel Lifschitz abrió un compás de espera ante el planteo gremial de adelantar la reapertura de paritarias, fundado en la posibilidad de que el gobierno nacional siga modificando el escenario con nuevas medidas económicas como las que implementó en su primera semana en el poder. "Todavía estamos en un terreno muy movedizo y hay que esperar al menos una semana", dijo. En el plano gremial, al menos en ATE asumen que una forma de eludir esta incertidumbre sería reabrir la paritaria más de una vez en el año para discutir salario sin tanto desfasaje con la evolución del costo de vida.

En la primera de una serie de ruedas de prensa que prometió sostener de aquí en más, el titular del Ejecutivo mantuvo en suspenso las precisiones que le demandan los sindicatos de la administración pública, los mismos a los que les negó el pago de un bono de fin de año como plus para defender el poder adquisitivo ante los últimos aumentos de precios disparados desde el rumor y la confirmación de fuertes medidas devaluatorias de la economía. "Todavía hay mucha incertidumbre de nuestra parte y de los gremios también. No sabemos aún cómo es el piso sobre el que estamos parados y tampoco hay valores razonables y ciertos de la inflación, tanto del año que termina ﷓sobre el cual no hay cifras demasiado creíbles﷓ ni tampoco la previsión para los próximos meses", indicó el mandatario. Asimismo, sopesó la posibilidad de más novedades en materia económica. "Suponemos que habrá nuevas medidas económicas del gobierno la semana próxima y que tendrán impacto sobre los precios y condicionarán seguramente la discusión salarial", dijo.

Lifschitz hizo caso omiso al piso del 35 por ciento de aumento que blandió el titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli como una posible referencia de inicio negociador. El gobernador esquivó cifras tentativas y afirmó: "Vamos a tener diálogo y en conjunto iremos evaluando la situación y buscando el mejor momento para iniciar formalmente las negociaciones paritarias. Queremos ver también qué señales hay desde el gobierno nacional y qué línea bajan los gremios más importantes. Todavía estamos en un terreno muy movedizo y hay que esperar al menos una semana", finalizó.

En la trinchera gremial, la actitud es de cautela forzada por la incertidumbre, pero con propuestas en ciernes para modificar la forma vigente de definir el salario de los trabajadores. Jorge Hoffman, titular de ATE Santa Fe, describió "un escenario nuevo e inédito que obliga a replantearse el sistema de negociación". Se refirió así al hecho de que "por un lado está por verificarse las consecuencias que traerá esta devaluación al poder adquisitivo de los asalariados" y por el otro, "un plan económico que define la retirada del Estado del control de la economía". "Por eso ﷓explicó el dirigente estatal﷓ pedimos el adelantamiento de la paritaria". Hoy los trabajadores de ATE en el Estado nacional realizan el primero de los paros a la administración Macri, en reclamo por estabilidad laboral de los contratados que sienten como amenaza el anuncio oficial de que el gobierno revisará unos 75.000 incorporaciones al plantel de empleados.

Hoffman expresó preocupación también por otros efectos económicos como el levantamiento de barreras a la importación en un momento de quietud en la economía mundial. Por todo eso, reveló que "quizás sea hora de ensayar formas novedosas de discutir salarios, tal vez dos o tres veces durante el año porque en este escenario quién se atreve a predecir la inflación a largo plazo. Una sola instancia de negociación ahora equivale a fijar el salario, pero no los precios, porque aquí el horizonte de previsibilidad que había se terminó". Hoffman admitió que nunca fue partidario de esta forma de discutir salario. "No es bueno porque los trabajadores necesitamos previsibilidad, y el Estado también. Pero esta vez todo cambió. Por primera vez en la historia un gabinete se integra por Ceos de multinacionales, algo que ni con Menem sucedió", lamentó.

El titular de ATE cifró expectativas de que la paritaria estatal comience "en la primera quincena de enero", aunque reconoció que salvo la Asociación Bancaria, ningún otro gremio grande discute paritaria a principios de año. A excepción también de los docentes, y de lo que surja en esa mesa puede salir la referencia para el resto de la administración pública.

El gremio docente tiene la promesa de la ministra de Educación, Claudia Balagué, de sentarse a dialogar "entre finales de enero y principios de febrero", siempre atado esto a lo que despunte de la paritaria nacional. "Ya tuvimos una reunión por Ctera y el 7 de enero tendremos otra. Pero es difícil medir todavía el efecto del traslado a precios de esta gran devaluación que sufrirá el salario", contó la titular de Amsafe, Sonia Alesso. Mientras tanto, este sector no renuncia a su pedido del bono de fin de año. "El gobernador se negó pero nosotros seguimos reclamando. Veremos qué pasa, pero avizoramos que el inicio de clases será muy complejo", avisó.

En el horizonte de la Educación ya despunta un frente de conflicto a nivel país. Es la creación por decreto del Instituto Nacional de Calidad Educativa, algo que la cartera de Esteban Bullrich dio a conocer en vísperas de Nochebuena y que mereció el rotundo rechazo de Ctera y de los sindicatos que la integran, por no acordar con la esencia del decreto ni por la forma inconsulta y por afuera de la paritaria con la que fue expedido.

En Upcn coincidieron con Lifschitz en cuanto a esperar novedades desde el plano nacional. Lo dijo Marcela Torres, secretaria de Prensa de ese sindicato estatal: "Estamos haciendo números para evaluar el impacto de las medidas en la economía, pero no hay estadísticas ciertas y este ha sido un diciembre atípico. Es complicado cerrar números en esta situación, hay que esperar".