"En agosto compré cuatro tubos para tener gas, me salieron 900 pesos cada uno y cuidándome, no como dice Macri, andando en patas, con tres pulóveres". Se ríe para no llorar Héctor Losada, un funense que junto a otras 150 familias que habitan el barrio Cantegrill espera que le conecten el servicio de gas natural que terminó de pagar hace casi dos años. En febrero pasado los visitó el intendente Diego León Barreto (PRO), quien les prometió que en agosto, el mes pasado, ya contarían con el servicio. "Pero un funcionario dice una cosa, otro dice otra, hay una interna entre ellos y somos el jamón del sándwich, nadie nos da una respuesta concreta", se quejó el vocero de los damnificados.

Cantegrill es un barrio semiabierto ubicado en la zona suroeste de Funes. Continúa la línea de los barrios cerrados Funes Hills y fue desarrollado por la firma Rossetti, la mayor urbanizadora de la vecina ciudad. Una de las inmobiliarias que aún lo comercializa lo describe así: "Sus tierras altas, los 334 lotes, un amplio boulevar central y la forestación, hacen que Cantegrill Barrio Residencial también sea hoy el equilibrio justo entre la ciudad y la tranquilidad de vivir al aire libre". Pero una vez que el privado desarrolló comenzaron los problemas para los vecinos, al menos en su relación con el Estado local.

En noviembre de 2104, la Municipalidad -por entonces gobernada por la radical Mónica Tomei- envió una circular informando que se iba a realizar la instalación y, por ende, había que abonar la obra interna bajo el sistema de contribución de mejoras. "Por un terreno de 600 metros cuadrados, me salió 17 mil pesos y pagué de contado 14.200 pesos en los primeros días de diciembre. Como yo, un montón de gente pagó al contado y otro montón entró en el plan de pago", recordó Losada. Por otro lado, para autorizar la conexión, Litoral Gas exigía la realización de dos obras: una en Funes y otra en Fisherton. Entusiasmado, el centenar y medio de familias calculó que podría estar disfrutando del gas por cañería en el invierno de 2015.

Pero bajo la gestión Tomei, que finalizó en diciembre de 2015, "nada se hizo". A los vecinos les dijeron "que Litoral Gas no autoriza, que esto, que lo otro". Apenas asumió, el macrista León Barreto se comprometió a solucionar el conflicto. En el segundo mes de este año se acercó al barrio, "dio la cara" y admitió que la Municipalidad "no tiene esa plata, porque se fue a otro lado o a Rentas Generales", pero prometió que en agosto llegaría el gas al barrio. Pero no cumplió. A fines de abril, la Municipalidad informó que estaban avanzados los trabajos de refuerzo complementarios solicitados por Litoral Gas, que permitirían luego el inicio de la obra interna de gas en el barrio. A principios de junio se realizó el llamado a licitación de materiales. Barreto decidió cubrir la mano de obra correspondiente con personal municipal y el 21 de junio se efectuó la apertura de sobres.

Pero las confusiones superan a los vecinos. "Nos hablaron de que la licitación está desierta, que la va a hacer la Municipalidad, que no la va a hacer. Posiblemente la Municipalidad arranque con gente propia el tendido de la red interna. Uno tira para un lado y otro para el otro, hay celos por puestos, serruchadas de piso, estamos en el medio. Nos dicen que la obra ya está y otro nos dice que no, porque la obra no se hizo. Se compraron los materiales, por licitación municipal, y nos enteramos por un funcionario que estaban mal, que no servían, que faltaban cosas. Otro nos dijo que está todo perfecto. Es un cuento de nunca acabar", sufrió, y sigue sufriendo, Losada.

La prestación de servicios básicos también afecta a los vecinos de Funes City, un enorme barrio abierto ubicado al noreste de la ciudad, pegado al aeropuerto.