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El ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, y los presidentes de Central y Newell's, Raúl Broglia y Eduardo Bermúdez, encabezaron ayer una reunión para definir detalles del operativo para el clásico del domingo. "Tuvimos una reunión con muy buen clima, celebramos la convivencia, lo que facilita la planificación del operativo", destacó el ministro, quien estuvo acompañado por el jefe de Policía, Marcelo Villanueva, y el secretario de Espectáculos Masivos, Fernando Peverengo. El operativo comenzará a las 8.30, las puertas del estadio se abrirán a las 13, habrá 650 efectivos en la cancha y 200 efectivos más en el cuidado de transporte urbano de pasajeros, y otros puntos de la ciudad. Habrá controles los días previos, en el Banderazo, y el operativo seguirá horas después del partido.

"Pedimos a los hinchas que puedan vivir esto como una fiesta deportiva, y que sea como lo viven los presidentes de los clubes, dialogando, con armonía y que todo salga como lo esperamos, queremos ser ejemplo en el país", agregó Pullaro.

"Venimos trabajando fuerte en construir una buena relación entre los presidentes de clubes que no sólo se dan en un hecho como éste, sino que vamos a hacer una convocatoria a todos los clubes de la provincia que tiene cinco equipos en Primera para caminar juntos", adelantó Broglia. "Por más que cada uno quiera que gane su equipo, esperamos que todo ocurra en un marco de convivencia", agregó.

Bermúdez expresó: "Nosotros en AFA con los dirigentes de Central estamos trabajando en conjunto, estamos tratando de hacernos fuertes". Y remarcó que el clásico tiene que ser "una fiesta, nosotros queremos ganar, ellos también, después vendrán las cargadas, pero lo que pedimos es que por favor la gente disfrute, se divierta y sufra".

En el Concejo, en tanto, se realizó una reunión presidida por su presidenta, Daniela León, promovida junto a la edila Agustina Bouza, por

"Violencia cero" en el clásico. Asistieron los presidentes de los clubes y jugadores Ignacio Scocco y Véctor Salazar. León resaltó la intención de "dar una señal bien clara de un clásico que sea una verdadera fiesta".