4 Argentinos: Navarro; Barzola, Scotti, Sabia, Escudero; Cabrera, Ortigoza, Battión, Pereyra; Hauche y Delorte. DT: Néstor Gorosito.

0 Ñuls: Villar; Aguilar, Schiavi, Gaitán, Ré; Donnet, Bernardello, Zapata, Lucero; Steinert y Salcedo. DT: José Machetti.

Goles: PT 25m Hauche (A); 43m Pereyra (A); ST: 5m y 19m Pereyra (A).

Cambios: ST 8m Torres por Zapata (N); 13m Sperdutti por Gaitán (N); 16m Villagra por Donnet (N); 22m Gianni por Hauche (A); 27m Carrera por Cabrera (A); 44m Santibáñez por Pereyra (A).

Expulsados: ST 22' Villagra (N); 25m Navarro (A).

Incidencias: ST 27' Carrera le atajó un penal a Schiavi.

Arbitro: Pablo Lunati.

Cancha: Argentinos.

El abismo no tiene fondo, es infinito. Por eso no se puede asegurar que Ñuls lo haya alcanzado. Los jirones en el cuerpo que dejó la derrota con Central, se profundizaron. La renuncia de Marini no alcanzó para sanar a un plantel que, pasado el primer cuarto de la temporada anual, aún no pudo despegar de la zona más incómoda de los promedios. Y volvió a meterse en el descenso directo. Con decisiones que flaquean desde la cabeza del club, pasando por el entrenador de turno, y la presencia de algunos jugadores que ya entregaron lo mejor de sí pero que necesitan un exhaustivo diagnóstico antes de volver a vestir de rojo y negro.

La primera parte del partido fue entretenida. Los dos equipos proponían un ida y vuelta con jugadas de peligro frente a los arcos. Ñuls se adueñó de la escena principal durante ese lapso de tiempo e invitaba a los hinchas a creer en que había dejado colgado en el baúl de los malos recuerdos el paso en falso del domingo anterior. Y por esa presión inicial, dispuso de tres tiros libres a metros del área que Salcedo y Schiavi, desperdiciaron por la falta de claridad y precisión en los remates.

Argentinos se fue acomodando en el campo por el buen trabajo que por izquierda realizaba Pereyra y el movimiento continuo de Hauche en la ofensiva. La presencia de Delorte, el Empire de La Paternal, resultaba una tentación para el juego aéreo, pero el local intentó casi siempre por abajo. Y por el callejón izquierdo generó lo mejor de su repertorio.

El partido repartía algunas emociones, cuando Hauche aprovechó una carambola dentro de la zona de peligro y facturó para su equipo, tras dos tapadas de Villar ante Cabrera y Delorte.

El gol sacudió los ánimos en el equipo rojinegro. Los fantasmas aparecieron, y algunos jugadores comenzaron a descontrolarse. Menos Bernardello, que extendía sus tentáculos para cortar y provocar una conexión con los delanteros. En una de ellas, Steinert quedó sólo ante el arco pero su remate fue contenido con esfuerzo por el uno de Argentinos.

A dos minutos del final, Pereyra confirmó sus predicciones. Se metió por su sector y definió cruzado tras un taco de Hauche, quien estaba acorralado entre la raya final y Villar.

Machetti no movió la estructura para el segundo tiempo en los vestuarios. Y antes de cualquier intentó de resurrección, Argentinos marcó el tercero, con un toque suave de Pereyra. El propio uruguayo, se puso el traje del más grande futbolista que generó el conjunto de La Paternal y estampó el cuarto con un zurdazo cruzado al segundo palo del uno de Ñuls. Un gol de comercial, tras varios montajes y reiterados intentos.

El técnico rojinegro echó mano al banco para intentar apagar el incendio, sin medir consecuencias. Torres, Sperdutti y Villagra no merecían ingresar a un baile que no habían elegido. Incluso, el último en pisar el campo, sólo estuvo seis minutos antes de ver la roja de Lunati por una infracción inocente, producto de su falta de rodaje.

Un cabezazo en el palo de Salcedo, el penal atajado por el arquero suplente a Schiavi, y alguna chance dilapidada por Steinert, fue lo único interesante de Ñuls en la segunda mitad.