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Domingo, 18 de noviembre de 2007

DEPORTES › CENTRAL. HORACIO USANDIZAGA MIRA EL FRENTE DEPORTIVO PERO NO DESCUIDA EL JUDICIAL

La quiebra, peor que el descenso

Nadie habla de la quiebra en Central. "Es difícil decirle al hincha que el club está al borde de la quiebra. Pero la realidad indica que es mucho más grave la quiebra que la pérdida de la categoría", confío un
dirigente sobre la crisis.

 Por Alejo Diz

Con Central ubicado en el diario del lunes en el último peldaño de las posiciones, las necesidades del club parecieran estar claramente definidas. Pero no es el promedio del equipo la sombra que mayor claridad le resta al horizonte auriazul. Mucho más temerario es el escenario financiero, donde la quiebra ya no queda lejos. Porque si de un descenso se puede volver en doce meses, cuando a un club se le baja el martillo se desconoce cuál es el camino del retorno, el mismo que desde hace años Racing busca infructuosamente. Es por eso que Horacio Usandizaga tomó como prioridad desentrañar el intríngulis judicial en el que se encuentra enredado el club, teniendo, además, como objetivo colateral, asumir medidas que alienten y democraticen la participación política en la entidad, desalentada ella con modificaciones estatutarias agitadas intencionadamente por la anterior dirigencia.

La sombra del martillo

Zafar al equipo de descenso es el anhelo de cualquier hincha. Pero hay un peligro más grande que tropezar a una división menor, que es la quiebra, aunque eso no se habla. Es que si se pone en la balanza los riesgos deportivos que soporta el primer equipo con su débil promedio y los riesgos financieros que florecen entre embargos y medio centenar de juicios, entonces cualquier entendido no dudaría en creerse con más chances de llegar al éxito en el desafío futbolístico que el judicial.

Sólo la jueza del concurso, Liliana Giorgetti, ha advertido del flagelo que azota las estructura de la entidad vista como civil sin fines de lucro. Pero los compañeros de Comisión Directiva de Horacio Usandizaga también tomaron nota del crudo diagnóstico: "Es difícil decirle al hincha que el club está al borde de la quiebra. Pero la realidad indica que es mucho más grave la quiebra que la pérdida de la categoría", razonó, con dolorosa objetividad, una de las nuevas autoridades que tiene la entidad de Arroyito.

El propio Usandizaga es conciente de ello. De hecho, el Vasco conoce al detalle los diferentes expedientes judiciales que tienen en jaque la salud institucional, e hizo gala de ello tras asumir el miércoles pasado en Tribunales y tomar su primer contacto con los periodistas. Y es precisamente las graves heridas legales que sufre el club lo que llevó al Vasco, en su calidad de abogado como ingrediente extra, a priorizar en su primera semana de gestión las urgencias económicas--financieras por sobre las deportivas, donde quedó ratificado hasta fin de año la continuidad de Hugo Galloni el frente del equipo.

Los cambios que vienen.

La estrategia de Usandizaga de poner al Gigante de garantía para destrabar los fondos embargados pareciera ser el único camino a seguir, siempre y cuando no se quiera claudicar a las extorsiones de los supuestos acreedores. Para tomar tal medida no es necesario reunir la aprobación de los socios en una asamblea, pero el Vasco igualmente aspira a convocar a los hinchas para interiorizarlos de la situación y, además, proponerles cambios en el estatuto largamente reclamados por diferentes sectores de la vida auriazul. Uno de ellos es la reducción de los años de antigüedad como socio que se requiere para asumir cargos directivos, que actualmente es de 10 años, incluso para quien pretenda, por ejemplo, ocupar el modesto cargo ser 3º vocal suplente. Y otro de los puntos a modificar en el estatuto es el porcentaje de avales necesarios para oficializar una lista política, que en las pasadas elecciones demandó de 632 firmas, cada una de ellas refrendadas por escribano, exponiendo a los socios a un trámite engorroso que duplica las dificultades de cualquier movimiento político que busque participar de un acto electoral. De esto fueron testigos las tres agrupaciones que animaron el comicio del domingo pasado, que debieron exprimir hasta el último minuto permitido para elevar la documentación al Tribunal Electoral. "Hay tomar medidas que acerquen al socio a la vida del club y no que lo aleje. Porque con el socio lejos de todo es como se llegó a esta situación", razonó un directivo.

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La idea del Vasco de poner al Gigante de garantía para destrabar embargos parece el único camino.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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