0- Ñuls: Villar (5); Aguilar (5), Schiavi, Germán Ré (6), Quiroga (4); Cabrera (4), Scotti (5), Zapata (4), Vangioni (4); Da Silva (4) y Salcedo (4). DT: Caruso Lombardi

1- Huracán: Barovero (6); Zarif (6), Goltz (6), Domínguez (5), Arano (5); Toranzo (6), Leandro Díaz (6), Barrientos (7), Poggi (6); Franzoia (6) y Nieto (7). DT: Claudio Ubeda

Gol: PT: 42' Nieto (H).

Cambios: PT 16' Mainguyague (5) por Schiavi (N); ST: inicio Ferreyra por Scotti (N); 23' Sperdutti por Cabrera (N); 38' Guerra por Franzoia (H); 42' Nadal por Poggi (H); 45' Mendoza por Nieto (H).

Arbitro: Gabriel Favale.

Cancha: Ñuls

Fue una noche negra. Porque se cortó una racha de diez partidos sin perder en el Coloso. Porque Schiavi y Scotti agigantaron la lista de lesionados y, principalmente, porque el equipo volvió a entregar una paupérrima actuación individual y colectiva. De lo más flojo desde que Caruso Lombardi tomó el equipo rojinegro. Sin una línea definida. Sin una idea clara para que la pelota llegue con fluidez hasta el área rival, y sin la convicción necesaria para intentar revertir un resultado desfavorable. Una deuda que se mantiene pendiente es que cada vez que empezó perdiendo, resignó los puntos, a excepción del choque ante Colón en el pasado Apertura cuando consiguió un agónico empate en uno.

No encontró Ñuls la manera de entrar con peligro hasta el área de Barovero. No lo hizo durante la primera parte y tampoco con el marcador adverso en el complemento. Abusó de los pelotazos para Salcedo y Da Silva, quienes estuvieron siempre en desventaja numérica con la firme línea de fondo del Globo. Y padeció como nunca la falta de un jugador criterioso en el control de la pelota.

Huracán desgastó a su rival con Toranzo abanicando el ataque visitante. Con una mejor riqueza técnica tuvo variantes para acercar peligro hasta el arco de Villar. Con orden y ataques en bloque logró desnivelar tras la salida de Schiavi. El grandote Nieto se desprendió de la marca de Mainguyague y conectó lejos de la humanidad del arquero paraguayo. Sin mostrar grandes atributos, Huracán conseguía un premio a su constancia.

La grave lesión sufrida por Diego Scotti, le abrió la puerta a Ferreyra. Una apuesta audaz que Caruso Lombardi no había exhibido desde su arribo al Parque Independencia. Pero el atacante sólo lograr sumar más confusión en los metros finales y no encajó en el tridente ofensivo que culminó sin crear una acción de gol en el área visitante.

El Globo pudo ampliar la diferencia pero careció de frialdad en el toque final. Franzoia olvidó el poder de fuego que mostró en otras jornadas y cuando todo parecía encaminado para el segundo grito de la noche, Germán Re se desdoblaba para despejar y mantener la ilusión de su equipo.

Desde las tribunas bajaba el "hay que poner más huevos", pero la ecuación no pasaba por una cuestión de coraje. La falta de juego fue el factor que empañó la fiesta que los hinchas habían preparado desde muy temprano. Al equipo le sobraba fibra. Corría, recuperaba, cuando Huracán le escondía la pelota. Y le estalló en el rostro la ausencia de un líder que pudiera aunar las virtudes de los delanteros.

Apenas un par de tímidos frentazos de Da Silva en 45 minutos fueron la respuesta ante el 0-1. Muy poco para un equipo que tenía etiqueta de difícil en su reducto. Que había alimentado un sueño de pelea por los primeros puestos y una hipotética clasificación a las copas internacionales.

Este mal paso, como el tropezón en Avellaneda, marcan claramente que las constantes bajas dejaron al descubierto la falta de recambio en puestos claves. Ahora, con la ausencia de los dos centrales por lesión, la baja prolongada de Scotti para el futuro y la falta de ritmo que traerá la vuelta de Bernardello, la historia lo encumbra al momento más complicado de la temporada, y de nuevo pensando en los números de la promoción. No es poco, teniendo en cuenta que Racing está a seis, Central a cuatro y su próximo rival a dos puntos.