Participar y opinar, de eso se trata lo que ocurrirá hoy en Ñuls, donde más de 25 mil socios podrán votar, aunque, claro, para eso deberán sortear dificultades que intentan aventar precisamente el ejercicio de sus derechos: El de elegir autoridades. Hablamos de un club que lleva 14 años atropellando derechos, alzando para ello la bandera del acceso gratuito al estadio. No se sabe por qué Eduardo López insiste con seguir gobernando el club, pero sí se sabe lo que quiere la oposición, liderada ella por Guillermo Lorente, y conformada por un abanico de figuras como jamás se pudo reunir: Desde Jorge Griffa a Marcelo Bielsa se encolumnaron detrás del candidato presidencial. De 7 a 18, en el parque Independencia, los socios podrán votar pagando las famosas cuatro cuotas ﷓el Mole ofrece en la carpa frente a la sede cumplimentar el trámite en forma gratuita a quien no reúna los 144 pesos﷓, y bajo un operativo de seguridad que demandará 700 efectivos y tendrá la supervisación del ministro de Seguridad de la provincia, Daniel Cuenca.

Como ocurre a cotidiano en la redacción del diario, la coyuntura noticiosa es tratada en espontáneos debates. El viernes el tópico giraba en la problemática que aqueja a Ñuls. Y para salir del intríngulis que rodea la realidad rojinegra, uno de los redactores de política lanzó una analogía que nos sacó del desconcierto: "La interna de Ñuls es como la de los gremios". Violencia, elecciones suprimidas o manipuladas son la norma en muchos sindicatos del país, y en la entidad leprosa. Es que para llegar a hablar de la posibilidad de volver a sacar las urnas en el parque Independencia, la oposición se vio obligada a formar un calificado grupo de abogados, los cuales lograron desentrañar la trampa de la "cuota estadio" por medio de una resolución, como la de Iván Kvasina, que dispuso pagar sólo tres cuotas para sufragar, mientras Eduardo López exigía 50. La impunidad de López empezaba a erosionarse. Cercenados todos los espacios de debate que dispone el estatuto del club ﷓asambleas, pedidos de informes a la Comisión Directiva, etc.﷓ Lorente y Cía. debieron recurrir a la Justicia, la misma que en el 2004 miró al costado para dejar hacer a López por cuatro años más. El único accidente sufrido en el camino hacia las elecciones de hoy fue la contradictoria actitud de Inspección General de Personas Jurídicas (IGPJ), criticada incluso por Kvasina, quien primero habilitó el voto sin pago de cuota por resolución 1096, y la semana previa al comicio alteró las reglas y dispuso que 25 mil socios abonen 144 pesos para poder sufragar. Pero también dispuso exigir DNI para ingresar al cuarto oscuro, y ello atentó con la entrega deliberada de carnés por parte del oficialismo. Lo que IGPJ no pudo fiscalizar es la cesión indiscriminada de cuotas para los oficialistas, práctica que se hizo ante los ojos del interventor Juan Moreno, quien llegó a reconocer ante un socio que hacía la cola para pagar que no se metía porque tenía "miedo".

Entonces tuvieron que volver a Tribunales, y ayer por la mañana un allanamiento en la sede del club, ordenada por la jueza en lo Penal de la 6ª Nominación Raquel Cosgaya, daba cuenta de la "precariedad administrativa" de Ñuls, donde a algunos socios se les entregaba cuotas redactadas a mano. Entre tanto, la barra apostada en el club le gruñía a cada uno que intentaba pagar lo ordenado por IGPJ. Pero todo ello ocurrió porque el hincha de Ñuls ya le perdió el miedo a los violentos de la tribuna, y el respeto a López, tal es así que por primera vez en 14 años el presidente recorrió en la última semana cuanto medio de la ciudad lo invitó a hablar.

Pero también por primera vez en 14 años, a López lo obligaron a bajar hoy las urnas escondidas arriba de los armarios desde diciembre de 1994. Será entonces el primer acto participativo que tenga el socio para revertir la decadencia institucional. Será la primera vez en 14 años que López tema por su continuidad al mando del club. El oficialismo corre con ventaja, por lo que moviliza la barra y el peso que la misma tiene dentro del club. Pero esa ventaja cada vez es más pequeña. Porque el socio ya se involucró en la vida institucional y hoy podrá votar.