Domingo, 14 de diciembre de 2008 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. "LISANDRO. EL FISCAL DE LA PATRIA", DE CLAUDIA PATRICIA SARTORELLI
"El fiscal de la Patria" apunta a la necesidad de buena parte del pueblo argentino de recuperar el ideario de políticos como De La Torre o el mismo Bordabehere. La obra fue declarada de "Interés Legislativo" por diputados santafesinos.
Por Julio Cejas
Este mes se presentó en el Teatro Nacional Rosario (Córdoba 1331) otro estreno local: "Lisandro. El fiscal de la Patria", de la autora Claudia Patricia Sartorelli, con la dirección de Mercedes Tulino. Un homenaje a la figura del Doctor Lisandro de la Torre. A juzgar por la respuesta del público y el inusual apoyo de la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, que declaró a la obra "de Interés Legislativo", la nueva propuesta parece ser un número puesto para abrir la cartelera del año que viene. Este trabajo surge a partir de la constitución de un nuevo grupo, Escena 7 que acierta en el material elegido, más que nada por las implicancias de tipo político que puede tener en la Argentina de hoy.
El texto de Sartorelli abunda en detalles de la vida del aguerrido político del Partido Demócrata Progresista, y por momentos se transforma en una especie de "documental teatral", privilegiando episodios como el Debate de las Carnes o la polémica con Monseñor Franceschi, hasta llegar al luctuoso asesinato de su compañero Enzo Bordabehere.
En este caso Sartorelli, perteneciente a las filas del PDP, apunta en su texto, más a un trabajo de revisión y ajustes de cuentas con la historia y la figura de De La Torre que a generar una dramaturgia trascendente. Desde ese lugar, el teatro cede su puesto a la tribuna política y entonces el itinerario del personaje principal pasa a ser un lugar común donde lo heroico trasciende y busca impactar en la memoria del espectador.
El recurso de las dos jóvenes que necesitan material de estudio para sus exámenes escolares es interesante porque permite un disparador para adentrarnos en la historia que se va a contar, pero se vuelve repetitivo y pierde efectividad sobretodo con la presencia permanente de las alumnas en escena.
El resto del trabajo, pareciera estar destinado a informar y dar una clase de historia al público, la sucesión de escenas y la abrumadora cantidad de datos que parten desde las mismas alumnas, la radio o la representación directa que hacen los personajes conspiran contra el dinamismo de la puesta.
Una parte importante de la audiencia venía a escuchar esto, casi se diría que la empatía con el personaje de De La Torre es unánime pero la trillada comparación con el paralelismo entre la corrupción de los políticos de todos los tiempos ya no es mérito del estimulo dramático.
Y allí una vez más el acierto de los que pensaron tanto desde la escritura como desde la actuación y la dirección, en los receptores de un discurso que se acentúa y gana cada vez más la calle.
En todo caso habría que pensar en que "El fiscal de la Patria" apunta directamente a la angustiosa necesidad de una parte importante del pueblo argentino por recuperar el ideario de políticos como De La Torre o el mismo Bordabehere.
También trata de aprovechar la siempre viva expectativa de un espectador que agradece la referencia a personajes nacidos en la ciudad, al destacar los orígenes del político que da nombre a un populoso barrio rosarino.
Pero nos alejamos de lo teatral, o mejor dicho de la forma en la que es concebida esta estrategia ideológica y allí es donde surge el primer interrogante más allá del aplauso enfervorizado de un espectador que se asemeja a las hinchadas futboleras o a las barras que apoyan a sus representantes , en el Concejo Deliberante o en el Parlamento.
Todo el teatro político de los años 70 padeció estos desfasajes y gran parte de algunos materiales del histórico Ciclo de Teatro Abierto en la década del 80, pueden dar cuenta de escrituras al servicio de la resistencia o del teatro al servicio de alguna causa, que terminaron extenuándose en las acotadas arenas del panfleto .
No alcanza con retratar los perfiles de determinado pensamiento político y sus acciones concretas, el teatro debe esforzarse por plasmarlo de una manera eminentemente revulsiva, tratando de parecerse en parte a lo transgresor y progresista de ese pensamiento.
Del "El fiscal de la Patria" se puede destacar dentro de este itinerario que privilegia un registro de actuación realista, la apoyatura escenográfica a cargo de Jorge Nieto y el vestuario de época recreado por Silvia Vidiguren.
En el marco de un elenco numeroso pueden mencionarse los trabajos de Carlos Pautaso en el rol protagónico y Matías Pisano un convincente y dúctil Enzo Bordabehere.
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