La ex dirigencia de Ñuls y sus barras sumieron al club en un pozo financiero que demandará años de recuperación, al igual que el daño edilicio detectado en la sede del parque Independencia, Bella Vista, y

Malvinas. Del club todo se llevaron, y hasta quisieron dejar al equipo

sin sus principales figuras, habiendo negociado Eduardo López los pases de los jugadores con la ligereza de quien se desprende de una propiedad en una lúdica partida de Estanciero. Pero el saqueo futbolístico fracasó. Es que las reglas son claras: no se pueden negociar "derechos económicos". En aquella trampa cayó años atrás Marcelo Simonian (recuerden los millones que en vano le reclamó a López), donde también se verán atrapados los que pensaron multiplicar sus billetes con los futbolistas rojinegros bajo la complicidad del ex titular leproso.

Ahora que el principal socio de los inversores no está (léase López), la preocupación por el destino de sus billetes los obligó a presentarse en los primeros días de gobierno de Guillermo Lorente. El primero en tocar la puerta y anunciarse fue Fernando Hildalgo, de relevante peso en la convulsionada gestión de José María Aguilar en River, y devenido en el último año en el nuevo alfil de López, tras el paulatino alejamiento de Pedro Aldave. Hildalgo se presentó ante las nuevas autoridades y prometió "colaborar en todo lo que sea necesario".

El gesto del empresario futbolístico obedece a que el inversor conoce bien cuáles son sus derechos en lo que pudo haber firmado con López, siendo muy pocos los márgenes judiciales que tendría para moverse de romper relaciones con Eduardo Bermúdez y Gustavo Dezotti, los nuevos responsable del fútbol profesional leproso. Pero lo cierto es que Hildalgo algún dinero ha puesto en el club. Porque tiene porcentajes de al menos tres jugadores de Ñuls, de acuerdo a lo anticipado en el primer encuentro con las autoridades rojinegros. Y de las pesquisas libradas por Bermúdez y Cía. para conocer la situación de cada uno de los futbolistas, el primer indicio favorable habla de que Leandro Torres no fue negociado por López, y que Ñuls es el dueño de la mitad del pase de Santiago Salcedo. ¿Va a volver el paraguayo? No, por el contrario, se negociará la cesión definitiva de su pase, operación que ameritará de cierta astucia comercial de los dirigentes debido al muy flojo semestre que tuvo el goleador en River, equipo que además terminó último en el Apertura.

Lo del "Chinito" Torres es muy diferente al caso de Hernán Bernardello, quien se teme que a nombre del club quede sólo el 7 por ciento, apareciendo entre los acreedores de su pase conocidos empresarios de la ciudad, algunos de los cuales tienen injerencia en Central, además de Hidalgo, quien sería el accionista mayoritario de los réditos financieros que entregue la venta del volante central. El mismo Hidalgo tiene también porcentajes de Germán Ré y Mauricio Sperdutti, en ambos casos sería del 50 por ciento.

La situación de Nicolás Spolli es más clara en cuanto a su documentación, pero es uno de los más afectados por el atraso salarial. El Flaco tiene contrato con el club hasta el 2012, firmado a comienzo de año, y su pase sería, al menos hasta ayer, totalidad del club. Lo que ocurre es que el defensor lleva ocho meses sin cobrar, y quizás ello influyó para que Fernando Gamboa lo postergue al banco de suplentes en el pasado Apertura. De igual modo, Spolli fue el primero en resaltar que no se le puede exigir a Lorente que se ponga al día con el plantel, asumiendo implícitamente la complicidad de los propios futbolistas para llegar a este situación, puesto que jamás quisieron hacer pública la problemática salarial, y menos aún en pensar en hacerle alguna medida de fuerza a López. Y por eso de Futbolistas Argentinos Agremiados ya advirtieron a los jugadores que sean pacientes con la nueva dirigencia, al menos como lo fueron con López.

Las erosionadas cuentas de la tesorería obligan a vender a algún jugador. Y de llegar una oferta de Boca por Rolando Schiavi, que supere los 500 mil dólares, el Flaco se dará el gusto de volver a vestir la azul y oro. Claro que además del medio millón de dólares los xeneizes deberán también hacerse cargo de la deuda que Ñuls mantiene con el defensor.

Hay otros, caso Claudio Husain, que se irán sin que Ñuls reciba algo a cambio. El Turco forjó una estrecha amistad con López, tal es así que pasó a ser el referente número uno de la anterior dirigencia dentro del plantel. Se negociará su desvinculación, puesto que es uno de los que, con seguridad, no subirán al micro para irse de pretemporada. Similar situación se encontraba Ariel Zapata, pero su retiro de la actividad eximió a los dirigentes a reunión alguna con el ex Estudiantes. Camino similar correría el médico Ignacio Astore, ladero fiel de López, a pesar de que su capacidad profesional será difícil de encontrar. Y al menos otros diez jugadores se irán del club, pero la elección de esos nombres dependerán del gusto del nuevo entrenador.