Domingo, 21 de diciembre de 2008 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › HISTORIETA. YO, VAMPIRO, DE CARLOS TRILLO Y EDUARDO RISSO, SE ENCUENTRA EN EUROPA Y EN ROSARIO.
Eduardo Risso ha pisado suelo de historietas en Francia, Italia y EE.UU. Sus páginas dan la vuelta al mundo y varias de ellas, para nuestra buena fortuna, conocen una edición rosarina.
Por Leandro Arteaga
Hablar de historietas como Borderline y Yo, vampiro, fruto de la colaboración entre Carlos Trillo y Eduardo Risso para Italia durante los '90, incomoda un poco a su dibujante. "Lo que pasa -señala Risso- es que por aquella época tenía que hacer unas cuarenta páginas por mes, acá el dólar no valía nada y había que hacer más cantidad para poder ganar lo mismo. Pero mal no nos fue, porque Yo, vampiro me la siguen pidiendo y ahora se editó, de nuevo, en Francia".
Y también se edita en nuestra ciudad. Yo, vampiro es el nuevo título que ofrece el sello editorial Puro Comic -a la venta en librerías y locales especializados, cuyo catálogo se completa con otras de las obras fundamentales del dibujante cordobés, ya adoptado como rosarino ilustre: la citada Borderline más la clásica Parque Chas, con guión de Ricardo Barreiro y publicada oportunamente en revista Fierro.
Pero volvamos. Trataré de ser lo más simple y certero. Eduardo Risso es uno de los dibujantes mejores y de mayor relieve en el panorama internacional. Está a punto de finalizar, con el escritor norteamericano Brian Azzarello, la serie negra 100 bullets, para el sello Vertigo de DC Comics. El último número -el 100- se va a presentar en la prestigiosa New York Comic Con de febrero. "Voy con la idea de que, además de estar en un evento en relación a 100 balas, estaré en lo que los americanos llaman el pasillo de los artistas, que consiste en un pasillo lleno de dibujantes que hacen su trabajo y lo venden".
-¿Cuántos premios ganaste?
-Varios... El Eisner cuatro veces, también me están por mandar otro Harvey, que gané por Cuentos de Terror (realizada junto con Carlos Trillo) como mejor edición extranjera.
-También el Yellow Kid...
-Sí, pero nunca me lo mandaron. Lo gané en el 2004. Los italianos son de terror, si no estás ahí... Todavía lo estoy esperando.
-Dada tu experiencia, ¿qué diferencias hay entre los mercados americano y europeo?
-Son diferentes, en todos me he sentido bien. Pero el mercado americano te hace sentir mejor, porque tiene un dinamismo que no tienen los otros. Tenés un feedback permanente, no sólo con los editores, sino también con los lectores. Vos podés medir cómo va tu trabajo mensualmente, porque más allá de la venta hay todo un cuidado por parte de los editores, más el flujo de información que te llega de parte de los lectores, lo que le da otra perspectiva al trabajo. En cuanto al mercado francés, es la primera vez que voy a realizar un trabajo directamente por encargo, siempre les vendí cosas hechas. Pero sé que dan mucho tiempo, por ejemplo: para hacer un libro de sesenta páginas tenés un año. El editor te puede hacer correcciones pero el proceso es muy lento. En el mercado americano inmediatamente tenés lo que sucede con tu historia, que es lo que pasó con 100 balas. Te puedo asegurar que de parte de la editorial hicieron poco y nada por ayudar a que la serie se instale, fue más que nada el boca a boca, gracias a ese dinamismo que te decía, que ayudó a que la serie se instalara y prosperara.
-¿Y en Italia?
-Con Borderline, por ejemplo, había que hacer toneladas de páginas. Hubo historias en las que inventamos, con Trillo, una editorial que publicaba historietas de un superhéroe dentro de la misma historia, entonces esas páginas las hacían otros dibujantes. Es una vorágine que no tiene nada que ver con lo que uno pretende hacer. Si uno busca no ensuciar este arte, no podés meterte en esa fábrica de chorizos porque nada bueno va a salir. Llegó un momento en donde dije "esto no me sirve" y me fui. Fue exactamente lo mismo que me pasó en Editorial Columba, donde me venía preguntando por qué se habían ido tipos como Horacio Altuna o José Muñoz. Es entonces cuando hay que buscar a alguien que valore mejor tu trabajo. Cuando llegué al mercado americano, tuve la suerte de empezar en Dark Horse con la adaptación de la película Alien: Resurrection. No fue nada fácil ese pasaje de Italia a Estados Unidos, así como tampoco dentro de Estados Unidos.
-Y ahora tenés exclusividad con DC Comics, ¿por cuánto tiempo?
-Por tres años.
-¿Los proyectos los podés impulsar vos?
-Sí, de hecho ahora quiero hacer algo en superhéroes. Habíamos hablado con Azzarello de hacer algo con el Joker (el Guasón), me gusta ese personaje. Después de que hicimos Batman pensamos en hacerlo, pero no sé, lo tengo que hablar.
-¿Cómo surge el proyecto editorial local?
-Básicamente surgió después del quiebre del 2001. Se abarataron los costos y se había caído la posibilidad de entrada del exterior. Hablando con Daniel Galliano, que es un tipo que venía con muchas ganas de hacerlo, lo encaramos juntos, él es quien oficia de editor. Comenzamos con un capital inicial que ayudara al primer libro, para con el primero pagar un segundo, y así sucesivamente. Es un sello que no demanda demasiado, pero tampoco hace que la rueda sea muy ágil. El problema está en que los recursos están dando vueltas demasiado tiempo y cuando vuelve lo que necesitamos se nos hace tarde. El tema inflacionario hace que lo que vos pensás hoy, seis meses después se diluya totalmente. Por ejemplo, hace mucho que quiero sacar Los misterios de la luna roja a color, pero no dan los costos.
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