Jugadores, entrenadores, empresarios y docentes de la escuela son algunos de los acreedores que esperan alguna vez cobrar lo que Ñuls les debe. Pero a nadie le debe tanto la institución del parque como a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que a pesar de los evidentes incumplimientos económicos del ex presidente Eduardo López no dudaba en darle asistencia financiera, hasta dejar a la tesorería en una virtual parálisis económica. Es que de no haber acuerdo, el club que ahora conduce Guillermo Lorente deberá estar tres años y medio sin percibir un solo billete por parte de derechos de televisación, que no es más que el tiempo que necesitarán las arcas rojinegras para devolverle a Julio Grondona los 21 millones de pesos que la lepra le debe a la institución que rige las normas del juego de la redonda en el país.

Los primeros indicios que arroja la auditoría pedida por la nueva dirigencia leprosa empezaron a entregar datos calamitosos. Los cinco estudios contables contratados para escudriñar y descifrar el descalabro dejado por López, advierten que de la AFA López sacó 21 millones de pesos que no se sabe dónde están, y que probablemente no fueron destinados a saldar deudas del club, puesto que hasta Julio César Saldaña, que rescindió con la lepra en el 2002, se presentó para reclamar una deuda de 120 mil pesos.

De la AFA se supone que los clubes van a sacar el dinero que les pertenece, ya sea por derechos de televisación o derechos de formación, que son abonados a las asociaciones, quienes hacen el depósito luego al club correspondientes. Pero resulta que Grondona también tiene perfil prestamista, y de bondadosas respuestas se era López el que pedía. Es que al ex presidente leproso le adelantó, al menos por lo que les exige a las nuevas autoridades, 21 millones de pesos, lo que significa derechos de televisión adelantados hasta julio de 2012, puesto que Ñuls percibe en tal concepto 6 millones de pesos anuales.

Entonces ahora la AFA actúa como eventual agente de retención, quedándose con el dinero que es del club, como por ejemplo el 1,3 millones de euros que la semana pasada llegaron provenientes de España, por derechos de formación de Diego Garay. "Así no podemos seguir, queremos pagar pero le pedimos a la AFA un año de gracia", reconoció uno de los asesores legales de la entidad leprosa.

Por ahora, Grondona aceptó ceder el 50 por ciento de todo dinero que llega a nombre de la lepra, el resto se debita a cuenta de la obscena deuda. La concesión que solicitan tiene justificativos. Es que así como la casa rectora del fútbol nacional se presenta como acreedor millonario del club rojinegro, la lista de nombres que dicen que López no les pagó es de no acabar, donde saben aparecen, por ejemplo, Larry Saldaña, quien espera por 120 mil pesos por sus servicios prestamos como jugador siete años atrás, y hasta el propio Claudio Husaín, de fluida amistad con el ex presidente que se conservó con números pocos claros, puesto que el Turco intimó a la entidad por 700 mil pesos. En total, once inhibiciones llegaron a la AFA a nombre de Ñuls, las cuales se destrabaron con convenios de pago. Ariel Zapata, otro que lucía con orgullo su simpatía hacia López, espera también 700 mil pesos, y otros 600 mil Walter Silvani.

Aunque Lorente no necesita trasladarse a Buenos Aires para encontrarse con acreedores onerosos del club. A pocas cuadras del parque Independencia puede encontrarse con uno de envergadura: Carlos Dávola, presidente de Tiro Federal, que afirma ser víctima de López, ostentando a su nombre cheques sin fondos por más de 4 millones de pesos. ¿En concepto de qué? No hay suposición alguna, puesto que se descarta que aquello haya sido el monto a pagar por los préstamos de Iván Pillud y Leandro Armani.

Boca, Independiente, Chacarita, Defensa y Justicia lideran la nómina de clubes que se vieron engañados por la conducción anterior. Si hasta el Hotel Riviera debió inhibir a la lepra para presentar su demanda, por miles de pesos, adeudados por servicios de habitación prestados a futbolistas del plantel, y el consumo de los rutinarios cafés que López sabía tomar en la confitería con empresarios y periodistas adictos a su ahora extinto poder, hasta que un día lo invitaron a pagar la cuenta antes de volver a la cadena hotelera.

El último balance afirma que el club tiene a disposición un superávit de 16 millones de pesos. Como esa plata no está, los contadores que firmaron los últimos cuatro balances serán denunciados en el Tribunal de Etica del Consejo de Ciencias Económicas, como así también en la Justicia.

Los resultados de la auditoría estarán para los primeros días de marzo. Con esa documentación, entonces se abrirá la instancia judicial, que llevará a López a una comprometida situación ante la Justicia que quizás sus vínculos en los juzgados ya no puedan desarticular.