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Las sucesivas derrotas de Central dejaron a Horacio Usandizaga sin palabras. No hubo declaración del presidente que le sirviera a Gustavo Alfaro para fortalecerse ante el grupo, como así tampoco medida alguna para enmendar el errático juego en el que incurre cada fin de semana el primer equipo. Es por eso que por primera vez en su gestión, el Vasco se llamó a silencio y delegó en sus compañeros de Comisión Directiva la discusión de la sucesión de Alfaro como entrenador, debate que anoche se daba con interlocutores inusuales para este tipo de problemática: los propios futbolistas. Como lo que se elija será lo último que se haga a nivel directivo de aquí a la finalización de la temporada, al menos las desorientadas autoridades auriazules quieren encontrar el guiño de los responsables de la actual crisis futbolística para repeler cualquier fastidio en el vestuario. Resultado de ello, el sucesor elegido es Reinaldo Merlo, pero de dificultarse la negociación irán por la dupla compuesta por Gregorio Pérez y Gustavo Barros Schelotto.

A primera hora de la mañana, un llamado de Alfaro al presidente servía para disipar de parte del entrenador cualquier problema administrativo de tener que firmar la rescisión del contrato, como finalmente será hoy. Pero en aquella comunicación el técnico saliente también refrendó sus erosionadas convicciones: seguir al frente del equipo.

Alfaro quiere estar en el banco ante San Lorenzo, el domingo próximo. Pero para darse el gusto entonces debería sacarse un abono a platea, porque a excepción del Vasco, en la directiva todos volcaron votos por su salida, y de eso se ocuparon por gestionar en la jornada de ayer, donde al caer la tarde la mesa directiva por completo citó a algunos futbolistas al Country de Arroyo Seco.

Como Usandizaga persistía en seguir a merced de Alfaro, no participó del cónclave, pero delegó facultades para que lo que allí se decidiera sea acompañado por el propio presidente. De un lado del recinto se apostaron el vicepresidente Juan Di Felice, el tesorero Hugo Ruggiero, el protesorero Matías Mohamed, el secretario Ricardo Milicic y el asesor legal Manuel Usandizaga. Del otro lado de la mesa, se formó la representación deportiva, con Cristian González a la cabeza, acompañado por Walter Ribonetto, Ezequiel González, Iván Moreno y Fabinaesi, Pablo Alvarez, Omar Zarif y Pablo Lima. ¿Qué representación ejercen éstos tres últimos? Se desconoce.

El escenario futbolístico era desolador en Arroyito. No había a quien llamar para suceder a Alfaro con cierto grado de convicción. Ariel Cuffaro Russo, por su conocimiento del plantel, tenía apoyo dentro del equipo para asumir. Pero su respaldo popular es tan bajo, que también hubo que hurgar en la agenda de entrenadores foráneos a Arroyito, donde apareció como hombre elegido Reinaldo Merlo, habiendo espacio en la lista, pero en segundo lugar, para dupla técnica compuesta el uruguayo Gregorio Pérez junto Gustavo Barros Schelotto, devenido por estos días en columnista televisivo.

Una delegación de dirigentes, con Manuel a la cabeza, viajará hoy a Buenos Aires hay resolver el fin del vínculo con Alfaro y lograr la contratación de Merlo, con el propósito que el nuevo técnico canaya se presente mañana a la mañana en el Country de Arroyo Seco para dirigir su primer entrenamiento. La votación de anoche arrojó como nombre elegido a Mostaza Merlo. Si el técnico que sacara campeón a Racing se verá seducido por la propuesta auriazul, no hay indicios. Ante la posibilidad de que el hombre de voz carraspeada desestima el ofrecimiento, entonces el hijo del presidente llamará a Gustavo Barros Schelotto, a quien le cederían el timón deportivo del club si acepta compartir responsabilidades con Gregorio Pérez. Aunque como Merlo es un nombre acercado por el intermediario Pinza Vidal, de destacada ascendencia en Arroyito, desde mañana habrá pensar en dar paso a paso para soñar con la salvación.