1 Ñuls: Peratta (6); Spolli (6), Schiavi (5), Insaurralde (5); Pillud (4), Bernardi (5), Bernardello (5), Vangioni (5); Formica (7); Da Silva (4), Armani (4). DT: Roberto Sensini

1 Arsenal: Campestrini (7); Brau (5), Casteglione (5), Matellán (5, Yacuzzi (5); Sena (6), Marcone (5), Pellerano (6), Poggi (6); Jara (5), Benedetto (4). DT: Jorge Burruchaga

Goles: PT: 12m Sena (A) y 16, Formica (Ñ).

Cambios: ST: Desde el inicio Sperdutti (4) por Pillud (Ñ), 14m Salcedo por Armani (Ñ), 23m Facundo Silva por Benedetto (A), 30m Mosquera por Marcone (A), 38m Leandro Torres por Formica (Ñ) y Aguirre por Poggi (A).

Arbitro: Cristian Faraone

Cancha: Coloso del Parque

Al quedar sólo tres partidos para terminar el torneo Ñuls se aproxima al momento de buscar las soluciones que no encuentra, ni encontró, a lo largo del Clausura dentro de la cancha. Las variantes se sucedieron, puede jugar muy bien Mauro Formica, llegar al Coloso el equipo más flojo del torneo, jugar con dos o tres delanteros, meter carrileros para buscar salida por los laterales, que al llegar los 90 minutos el lamento es el mismo: el equipo no gana por falta de definición. Ayer, en su caso, Armani lo tuvo ante Campestrini, en cómoda corrida, al igual que Da Silva. Uno definió donde estaba el arquero, el otro al alambrado perimetral. Así es imposible ganar, menos aún en pensar llegar a la Sudamericana, pero al menos en julio de abre el libro de pases.

El Ñuls de Sensini no repara en la dimensión del rival. Puede tener enfrente a River, Central o el último de la tabla, que la crónica es previsible, pero no porque se repite en sus ideas, sino porque sus delanteros nunca le apuntan a la red.

El juego de ayer comenzó con cierta adversidad, al encontrar Arsenal una acción fortuita cuando Insaurralde quiso despejar, la pelota rebotó en Sena, que encaró, esperó a Peratta y lo eludió, y cuando se le plantaron encima los centrales, la tocó por arriba para dejar a la visita en ventaja en el marcador.

El partido iba tomando forma, cuando Formica, con una sola maniobra, aventó rápidamente los nervios que amenazan con florecer: el enganche se encontró con la pelota fuera del área, empezó a cruzar la cancha de lateral a lateral, cuando sacó un zurdazo con extraña parábola, para meter la pelota sobre el ángulo izquierdo de Campestrini, que observó la trayectoria de la pelota con ojos de sorpresa.

En el primer tiempo, donde Ñuls estuvo errático para tocar la pelota y Arsenal adoleció de pies avezados para aprovechar eso, todo fue desprolijo y de mal gusto. Diferente a lo visto en el complemento, donde desde el inicio apareció Sperdutti por Pillud, de impreciso juego con la pelota, como el resto de sus compañeros. Pero el volante ingresado no gravitó, pasando también desapercibido. No así Formica y los delanteros, porque entre ellos estuvo la victoria a los pies.

En verdad, Formica primero le tiró un pase sutil dentro del área a Da Silva, a quien lo dejó sólo ante al arco, pero al disparar, con Campestrini ya jugado, la tiró afuera. Luego el que escapó en soledad fue Armani, al sacarse de encima a Matellán. El ex Tiro Federal corrió hacia el arco sin marcas, pisó el área, pero se aproximó tanto al arquero que quedó con ángulo reducido y se la terminó dando al uno visitante.

Ingresó Salcedo por Da Silva, y nada. Apareció Leandro Torres por Formica, y lo mismo. El epílogo encontró a los rojinegros atacando masivamente, pero ya sin criterio, lo que generó situaciones de gol fuera de libreto, una de ellas para Spolli, a quien Campestrini le desvió un tiro cruzado, Insaurralde cabeceó alto y en la única aparición de Sperdutti su remate, también cruzado, se perdió por el fondo de la cancha.

Arsenal no se atrevió a pensar en buscar los tres puntos de contragolpe. Más aún cuando se cansó Jara, el único que obligó a los centrales rojinegros. El punto dejó a Ñuls con su sexto empate uno a uno en el Coloso, el séptimo ante su gente, y el noveno en el torneo. Números que se forjaron desde los pies de sus delanteros, como ayer volvieron a tirarla afuera y dejaron que Arsenal llegue a su duodécimo partido sin triunfos en el certamen.