Central venía de vencer de local a Deportivo Merlo, pero sin que su juego lograra convencer a sus hinchas. Anoche el equipo de Reinaldo Merlo logró responder, por momentos, a la expectativas de sus hinchas. Pero lo que le faltó fue la victoria. Es por eso que el canaya no termina de completar su recuperación deportiva, la cual había insinuado en los dos anteriores partidos. El auriazul dominó pero jugó mal en ataque, tanto cuando tuvo dos puntas en cancha como cuando lo hizo con tres. Y ante el empate Mostaza volvió a dejar el campo de juego rodeado de insultos.

Con los últimos triunfos obtenidos Central ganó en seguridad respecto a lo que Reinaldo Merlo pretende de su equipo. Lució cierta convicción al iniciar el partido el canaya, como nunca antes había insinuado jugando ante su gente. Prueba de ello es que Figueroa sacó dos remates al arco en el primer minuto del partido. El comienzo entusiasmó.

Despojado de dudas, el auriazul contagiaba a un Gigante colmado con sus ganas por ir a la búsqueda de gol. Encima los zagueros centrales de Independiente Rivadavia fallaban cada vez que intentaban salir jugando. Fue así como Chitzoff sorprendió a todos con un remate cruzado que se perdió por muy poco y Figueroa lo tuvo con un cabezazo en el área menor, luego de una asistencia de Cristian González, que se fue alto.

Ante el dominio de los auriazules la visita contestó, cuando pudo, con pelotazos largos, a veces para Caballero, en otras ocasiones para Romero. Los mendocinos salían de contragolpe con claros espacios en el terreno rival. Pero los volantes visitantes siempre defeccionaron en el pase al vacío. Por eso probaron luego jugar por abajo, y fue así como Salmerón llegó hasta el fondo y sacó un centro al segundo palo para un solitario Ferradas, que no marcó el primer gol porque su cabezazo careció de puntería.

Para evitar que el hincha explote en las tribunas por la insatisfacción del resultado, Merlo optó por incluir a Medina desde el primer minuto del complemento. Central atacaba con tres delanteros. No había nada que reclamar, al menos para el entrenador.

Con Medina en cancha el equipo fue más rápido para atacar, pero también menos prolijo. El desorden en ofensivo llevó a que Central dejara de generar juego en el área de Independiente. Con el equipo sin lastimar, el hincha extravió la paciencia y terminó por desencantarse cuando Caballero encontró un rebote de Broun y señaló la ventaja con disparo alto.

El gol desdibujó en un santiamén lo que insinuó Central en la primera parte. La imagen del equipo comenzaba a asemejarse a aquella que se vio en el arranque de temporada. Los jugadores también perdieron serenidad y varios minutos se perdieron para discutir con el árbitro. Lo que sacó a Central de su peor situación fue un tiro de esquina, que terminó con pelota perdida en el área y empate de Paglialunga. Central siguió jugando a las corridas, apurado, y así dejó pasar más puntos en Arroyito.