La lucha de Central es con su pasado inmediato, que lo llenó de frustraciones y de desencuentros con sus hinchas. El primer guiño de confianza del nuevo equipo a su gente estuvo en el debut ante Defensa y Justicia. Otra señal de complicidad entregó ayer el plantel de Juan Antonio Pizzi, que juega como se espera en Arroyito: doblando esfuerzos, marcando superioridad ante el rival e imponiendo fuerza cuando las ideas no llegan. Gimnasia y Esgrima hizo valer cada pelota como si fuera la decisiva, y por ahí pasó el partido, plagado de infracciones y de tarjetas. Pero de a ratos el canaya se escapó del fárrago de patadas y lució eficaz para marcar el gol de la victoria y luego defenderla sin fallar. Y así es mucho más fácil creer en Pizzi y sus dirigidos.

Si se repasan las estadísticas del partido de ayer, cualquier entendido diagnosticaría un mal partido de Central. Pocos tiros al arco y muchas infracciones. Pero en fútbol lo que importa es el juego. Vale más un corner bien tirado que diez al tumulto. Y ante eso Central se animó a mostrar credenciales desconocidas el año anterior: un equipo firme en defensa y de vocación colectiva para entender que la tarea defensiva es responsabilidad de todos.

Por eso las figuras en el Gigante fueron Medina y Castillejos. Central terminó generando poco en ataque, pero sus puntas sobresalieron por sus aportes para recuperar la pelota ejerciendo presión en la salida del lobo. Desde allí el equipo se vistió de esfuerzo y entrega, imagen indispensables para sus hinchas. Y con sus puntas corriendo a todos, el auriazul se mostró siempre agresivo.

Pero falló en ataque Central porque no gravitó por los laterales. Tampoco se entiende aún cuáles son el protagónico de Lombardi y Gómez. Quizás la aparición de Alderete -ya habilitado para jugar el sábado a las 11 ante Atlanta- sea por el uruguayo. En el medio aún Pizzi debe encontrar a los titulares. Por el resto, el equipo pisa firme. Lo hizo en defensa cuando Gimnasia lo provocó, en esporádicos momentos, y en ataque cuando la pelota llegó a los delanteros.

La pelota la administró el canaya, al menos hasta el gol de Castillejos, empujando la pelota sobre el primer palo tras pase atrás de Lombardi. Con la ventaja el equipo creyó hecha la tarea. Por eso el triunfo estuvo a riesgo hasta el último minuto. Aunque en juego, Gimnasia no creó una sola oportunidad clara ante Broun, y de contragolpe lo perdió Rivarola con remate al palo.

La solidez colectiva que luce Central le cambió el ánimo a los hinchas. Un Gigante colmado que ya no desconfía del equipo, que perdió las ganas de reprobar a sus jugadores, que salta a gritos por el sueño de volver en Primera. En rigor, con apenas dos fechas jugadas, queda casi todo por hacer. Pero hay cosas que están cambiando en Arroyito. El equipo está en manos de un técnico que tiene pasado de gloria en el club y es serio en su labor. El hincha dejó de sufrir y dejó ayer el Gigante ansioso por volver.

1 Central: Broun (6); Ferrari (5), Lequi (6), Talamonti (6), Delgado (5); Lombardi (4), Mozzo (5), Rivarola (5), Gómez (4); Medina (7), Castillejos (7). DT: Juan Antonio Pizzi.

0 Gimnasia: Monetti (6); Masuero (4), Goux (4), Benítez (4); Casco (5), Vittor (4), Méndez (4), García (4); Capurro (5); Mendoza (4), Vizcarra (4). DT: Osvaldo Ingrao.

Goles: PT: 20m Castillejos (C).

Cambios: ST: 14m Ramiro Costa por Delgado (C), 20m Carrizo por Lombardi (C), 24m Vargas por Méndez (G), 31m Quiñones por Mendoza (G), 35m Ballini por Rivarola ( C),

Arbitro: Juan Pablo Pompei

Cancha: Central

Expulsado: ST: 26m García (G).