Las dirigencias de Ñuls y Central, junto a autoridades municipales, se comprometieron a tomar medidas que permitan acabar con las pintadas callejeras que realizan barras leprosos y canayas, quienes en los últimos meses alimentaron la rivalidad entre los clubes deteriorando el mobiliario público. La reunión fue convocada por inquietud del municipio y concluyó con un acuerdo entre las entidades para no fomentar la batalla que se libra dañando lugares públicos.

Según el barrio, cordones, postes de luz y frente de domicilios particulares lucen rojo y negro o azul y amarillo. A las históricas pintadas se le añaden ahora leyendas, recrudeciendo la rivalidad entre leprosos y canayas.

Ante el creciente deterioro del mobiliario público autoridades municipales convocaron a dirigentes de Ñuls y Central para evaluar la situación. Por los rojinegros ayer se presentó en la Municipalidad el secretario Pablo Morosano, mientras que por los canayas lo hizo el vicepresidente Rubén Fernández. "Nos unimos contra las pintadas", valoró el dirigente auriazul. "Los clubes necesitan ayuda. Solo no pueden con esta situación. Pero lo importante es que con la dirigencia de Ñuls pensamos muy parecido en algunas cosas", agregó Fernández.

"Es necesario encauzar la pasión del hincha para que no se afecte la seguridad de los vecinos. En esto no hay responsabilidad de los clubes, pero nos preocupa porque a partir de las pintadas se genera una espiral de violencia que crece", analizó Morosano. "Hay que respetar la propiedad privada, los espacios públicos y el mobiliario. De alguna forma los dos clubes son víctimas. La preocupación del municipio es la misma que la nuestra. Acordamos trabajar en conjunto, sabiendo además que las fuerzas de seguridad nos tienen que acompañar", agregó el secretario del club del parque Independencia.