Juan Román Riquelme tampoco jugará en España. El Villareal, acaso su única posibilidad de jugar en la liga de ese país, desestimó la chance de contratar al enganche. "Riquelme tuvo su etapa aquí y le estamos muy agradecidos, pero ahora son otros tiempos y no hay nada", señaló ayer Fernando Roig, el presidente del submarino amarillo al periódico Mediterráneo. De esta manera, quedan muy pocas alternativas para que el todavía jugador de Boca sea transferido a otro equipo. Con tantas puertas cerradas, el más beneficiado es Central, quien dispone de varios días más para intentar sumarlo y hasta puede darse el lujo de no tener apuro en aguardar que Riquelme selle su salida del xeneize. En tanto, el plantel que realiza la pretemporada en Arroyo Seco tuvo ayer su primer día libre. A la noche, los jugadores regresaron al predio canaya para continuar hoy con los entrenamientos.

El viernes se le acabó la chance de Brasil a Riquelme. Cerró el mercado de pases, y a pesar de que su apoderado tenía avanzada su llegada a Cruzeiro de Belo Horizonte, la transferencia se truncó por razones económicas. A Román se le cayó así su deseo más preciado. La corta distancia que separa al país vecino de la Argentina era una buena razón para profundizar las negociaciones con clubes brasileños. Pero no pudo ser, y por ese motivo se tomó la ruta europea, trayendo la carta del Villareal, que descendió a la segunda categoría y tiene prisa por regresar. Riquelme fue el as de los años dorados de equipo de camiseta amarilla, pero fue el mismo presidente el que negó toda chance de pase.

Miguel Angel Russo estuvo ayer en Buenos Aires por motivos familiares, no lo movía el deseo de reunirse con el enganche, pero haría el intento.