Cuando a un equipo lo acompañan los buenos resultados, el rendimiento mejora. Se afianza sobre su poderío y no teme imponer su juego ante cualquier rival que se le ponga enfrente. Pero, en algunos casos, prevalecen otros condimentos y se gana de todos modos. Ayer Ñuls no hizo un buen partido, no será recordado por el juego que desplegó en la lluviosa tarde del Parque Independencia, pero logró superar a uno de los equipos más difíciles que le puede presentar el Torneo Inicial. Consiguió la ventaja muy rápido, brilló durante media hora, pero perdió la pelota en el resto del partido y Vélez estuvo muy cerca de igualarlo. Sigue como único puntero, ahora con 22 unidades, y tiene solo a Racing como escolta.

Todo lo que pensó Gareca en la semana se desmoronó a los 24 segundos cuando su equipo ya se encontraba en desventaja. Papa la perdió torpemente sobre el lateral, Scocco envió un centro y Maxi Rodríguez definió de zurda, en el aire. Furioso arranque de la lepra, apoyándose en la presión asfixiante como principal arma. A partir de allí, jugó con soltura y le quitó todos los circuitos a Vélez. Apenas la recibía uno del fortín, lo rodeaban dos o tres del rojinegro. Todos jugaban y todos quitaban en el equipo de Martino, que buscaba impedir que el visitante tome la posición de la pelota, acaso su virtud de mayor peso.

Vélez se pudo despertar cuando Ñuls aflojó con la intensidad, en el cuarto de hora final del primer tiempo. Insúa se paraba como enganche y distribuía bien por las bandas, con el objetivo de asistir a los delanteros. Preciso, circuló el balón y llevó a sus atacantes hasta metros de Guzmán. Ferreyra al palo y Cabral a los pies del uno, las más claras. Verse superado en el juego le sumó imprecisión a Ñuls, que en la segunda etapa apeló a una herramienta pocas veces vista en la etapa de Martino. La lepra cedió la tenencia de la pelota y retrocedió unos metros, no muy cerca de su arquero, pero lo suficiente como para que Vélez se haga del dominio del partido.

La clave de la superioridad de la visita pasó por la ganancia del mediocampo, donde Ñuls no tuvo una buena tarde. Un pobre partido de Pérez y la imposibilidad de Bernardi por erigirse como conductor le entregaron la llave al conjunto de Gareca, que sin mucha profundidad contaba con chances como para empatar. Pero cuando Vélez presionaba de manera intensa surgió la figura de Heinze para enmendar las fallas de sus compañeros. El central fue uno de los pilares de la victoria, sobretodo para llevar tranquilidad cuando el olor a igualdad era cada vez más fuerte. Como para demostrar que el buen funcionamiento de Ñuls se mide por varias razones, y no por una en particular. Se suceden los triunfos y queda claro que el equipo muestra que siempre tiene algo nuevo por aportar.

1 Ñuls: Guzmán (6); Díaz (5), Vergini (6), Heinze (7), Vangioni (6); Pérez (4), Villalba (5), Bernardi (5); Rodríguez (6), Scocco (5), Tonso (5). DT: Gerardo Martino

0 Vélez: Montoya (5): Cubero (5), Tobio (6), Domínguez (6), Papa (5); Peruzzi (5), Cerro (5), Cabral (4); Insúa (5); Ferreyra (4), Pratto (5). DT: Ricardo Gareca

Gol: PT 24 segundos Rodríguez (Ñ)

Cambios: ST 25m Mateo por Pérez (Ñ), 26m Romero por Cabral (V), 37m Urruti por Scocco (Ñ), 38m Pucheta por Cerro (V), 42m Ortiz por Tonso (Ñ)

Arbitro: Néstor Pitana

Cancha: Coloso del Parque