El Ñúbel que llegó a la semifinal de la Copa Libertadores quizá no sea el mismo que juegue la instancia previa a la final. El desorganizado calendario de la Confederación Sudamérica de Fútbol aplazó las disputas de los partidos entre los cuatro mejores equipos del torneo para el mes de julio, pasando por alto el 30 de junio, cuando caducan los contratos de los jugadores. En el caso de la lepra, la entidad tiene que conversar ahora con Gabriel Heinze, Santiago Vergini, Ignacio Scocco, Rinaldo Cruzado y Horacio Orzán. Por todos ellos Ñúbel debe pagar su pase, a excepción de Heinze. Aunque en las negociaciones la entidad tiene a su favor el sentido de pertenencia que han mostrado los jugadores en la conformación del plantel, por sobre los intereses económicos. Los casos de Vergini y Scocco son los más complejos.

El torneo Final termina el 23 de junio. De ser campeón Ñúbel, jugará la superfinal con Vélez, campeón del Inicial, el 30 de junio, último día en que muchas de las figuras leprosas serán formalmente jugadores rojinegros.

La situación más hablada es la de Scocco, a quien el 30 de abril se le venció su préstamo, pero Ñúbel, con la complicidad indispensable del goleador, hizo uso de la opción de compra, aún sin pagar, de 1.800.000 euros, y el delantero pudo seguir jugando. El futuro de Scocco está en manos del propio jugador, dado que la dirigencia le prometió venderlo si llega una oferta que lo seduzca, algo que todavía no ocurrió. Pero de ofrecerse millones de euros por Scocco, Ñúbel podría contarlo para las semifinales de la Copa dado que el futbolista intentará sellar una transferencia bajo condición de su continuidad por un mes más en el parque Independencia para ir a la búsqueda del torneo más soñado por los leprosos.

En el caso de Vergini, en junio se cumple su segundo préstamo en el club y el mismo ya no se puede renovar. Para retenerlo Ñúbel debe comprarlo a los dueños de su pase, tasado en 1.800.000 dólares. Y como en el caso de Scocco, el deseo del jugador por permanecer en el equipo le dará mayor impulso a las gestiones de los dirigentes para acordar una forma de pago.

Algo enigmática es la situación de Heinze, quien tiene el pase en su poder y firmó a préstamo por solo un año. El zaguero central no dio señales de su horizonte profesional, pero el extraordinario momento deportivo del club lo acerca a su renovación por un año más.

Mientras que las situaciones de Cruzado y Orzan están claras en sus respectivos contratos. El peruano tiene vínculo con Ñúbel hasta junio de 2014, pero el club debe comprarle el mes que viene al volante la mitad de su pase, valuado en 400 mil dólares. La ventaja es que se conversa con el propio futbolista. Y por Orzán los leprosos decidieron desembolsar los 300 mil dólares que cuesta el 50 por ciento de sus derechos económicos, dinero que se le debe saldar a Sarmiento de Resistencia.

"Más allá de la plata, en todos los casos los jugadores se quieren quedar y nosotros queremos retenerlos. Esa es una muy buena señal", aseveró un directivo leproso a este diario.