Jesús Méndez tomó la decisión que le requerían los dirigentes de Boca, club dueño de su pase. No considerado por el técnico Carlos Bianchi, el volante mendocino ya sabía que su futuro con la camiseta xeneize era sombrío. Por lo que si pretendía obtener competencia y continuidad debería cambiar de aire. En Boca le quedaban seis meses de contrato, le hicieron una propuesta para dejarlo en libertad de acción, pero para ello debía hacerse cargo de un resarcimiento económico que, se estima, ascendería a unos 500 mil dólares. Y con el objetivo de buscar su lugar en el mundo, dio ayer el primer paso al comunicarle a los directos del club de La Ribera que abandonaría la institución. Ayer pasó por el predio de Casa Amarilla a retirar sus pertenencias y hoy firmará la rescisión de su contrato.

Ahora queda definir la segunda parte, la que lo unirá a otro equipo. y ahí aparece el interés de Central por repatriarlo una vez más. La semana pasada, en el inicio de la pretemporada, Miguel Angel Russo reconoció que lo pretende, aunque remarcó que si la operación se complica hay otros nombres en carpeta. Con su partida de Boca la posibilidad del arribo del mediocampista se agranda. Aunque en esta oportunidad hay un contrincante: Arsenal de Sarandí, que también está interesado en contar con el jugador. A priori, el canaya contaría con una ventaja, Méndez se siente más cómodo en Rosario, por razones familiares. Es de esperar que la situación se resuelva en los próximos días, para que el jugador no pierda mucho ritmo en plena etapa de pretemporada y vuelva a encontrarse con los compañeros con los cuales compartió cancha hasta hace unos meses.